De Pedro valoro testimonio de Jarach como mejor antidoto contra el negacionismo: Nunca mas odio

El ministro del Interior Eduardo "Wado" de Pedro valoró hoy el testimonio e historia de vida de la Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Vera Jarach, como el "mejor antídoto contra el negacionismo" y coincidió con ella en pelear por "nunca más el odio, nunca más el silencio".
"Vera Jarach es una Madre de Plaza de Mayo militante por los derechos humanos que sobrevivió a dos genocidios. Su testimonio es el mejor antídoto contra el negacionismo. Memoria, Verdad y Justicia. Y como dice ella: nunca más el odio, nunca más el silencio", expresó De Pedro en su cuenta de la red social X (antes Twitter), donde compartió un video en el que se lo ve junto a Jarach.
En el mismo, el ministro le dice a la histórica Madre de Plaza de Mayo que es "un ejemplo para tanta gente y para tantos jóvenes", y la invita a mandarle un mensaje a la juventud.
"No hay que sentarse frente a los grandes peligros, cada uno tiene su responsabilidad. Hay que unirse frente a las tragedias del mundo, las pasadas recordarlas y que no las nieguen", animó Jarach y sostuvo "nunca más el silencio, ante todo, y nunca más el odio".
Jarach resumió en cuatro palabras su mensaje hacia los más jóvenes: "Fuerza, coraje, voluntad y esperanzas".
En otro tramo del video compartido por el ministro del Interior, la escritora y activista de Derechos Humanos cuenta brevemente su historia, que fue marcada por dos genocidios y dos pérdidas significativas, la de su abuelo y su única hija.
"Me llamo Vera, soy una Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Tengo una hija desaparecida que recién terminaba su secundario y que se llama, lo digo en presente, Franca", comenzó.
Luego contó que sabría recién 20 años más tarde cuál fue el paradero de su hija desaparecida el 25 de junio de 1976: el mayor centro clandestino de detención del país, la ESMA, y su "destino final uno de los vuelos de la muerte".
"Soy una judía italiana, me salvé de la Shoá (Holocausto) gracias a que mi familia se refugió en la Argentina en marzo de 1939, pero mi abuelo se quedó en Italia y terminó en Auschwitz.
Muchos años después en otra situación, otro país, uno muy lejos del otro, mi hija tuvo un destino parecido porque también fue a un campo de concentración", relató.
Y concluyó: "Esto demuestra que hay que estar muy atentos porque las cosas a veces pueden volver a suceder". (Télam)