Entrevista GLP. El PRO sigue sin avanzar en la definición de sus candidaturas: “Hay una lucha de egos muy importante”, dijo Héctor Gay

El intendente de Bahía Blanca lamentó que a esta altura del año aún no haya un panorama claro sobre quiénes se postularán por el espacio. “Nadie da un paso al costado ni para atrás, ni tiene un atisbo de generosidad”, explicó.

Municipales03 de mayo de 2023 Redaccion GLP
Mirá la primera parte de la entrevista:

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–Intendente, me gustaría conocer cómo avanza la gestión en la ciudad de Bahía Blanca en un contexto económicamente delicado para la provincia y, por supuesto, para el país.

Un poco nos estamos acostumbrando a los tiempos difíciles, porque cuando creímos que la salida de la pandemia era un alivio, porque los años 2021 y 2021 fueron difíciles, a partir de mediados de 2022 empezamos con este incremento en el proceso inflacionario, que realmente los municipios, en este caso, no están exentos de los mismos problemas que tiene el ciudadano común. Y últimamente se verifican en cuestiones de todos los días, como por ejemplo, licitaciones que quedan desiertas, porque las empresas no se presentan, redeterminaciones de precios que son complicadas, porque los índices tampoco satisfacen a veces a las empresas, sean éstas pequeñas o medianas, con lo cual, realmente, el manejo financiero diario es difícil. Lo es para la Provincia, también, que tiene hoy muchas obras viales importantes o de otro tipo suspendidas o neutralizadas. Pero el manejo en los municipios es complejo.

En el caso de Bahía Blanca tiene una particularidad. El 65% de nuestra recaudación son recursos propios. Y éste es un alivio frente a la situación de la gran mayoría de los municipios, que son dependientes de la coparticipación, fundamentalmente. Y esto se vio ahora, en enero, febrero, que la coparticipación fue más baja que lo esperado y muchos municipios tuvieron inconvenientes incluso para terminar de pagar sus sueldos, que es lo elemental. No es el caso de Bahía Blanca, donde el manejo administrativo y financiero es correcto y donde no tenemos esas dificultades. Incluso tenemos un grupo de grandes, empresas, todas vinculadas con el polo petroquímico, con el sector del puerto, ahora con refinerías y empresas que dependen de Vaca Muerta, a las que les está yendo bien en realidad, y eso hace que la tributación de esas empresas no haya decaído en ningún momento, ni en la pandemia ni en la actual situación de inflación, y eso le permite un alivio al municipio como para ir llevando, incluso, un programa de obra pública que este año es intenso. Nosotros tenemos un presupuesto de 40.000 millones de pesos y destinamos, solamente de recursos propios, 4000 millones, es decir el 10%, para obras, y esto es lo que estamos viendo hoy que más allá de las dificultades se lleva adelante.

Pero está claro, a ver, un ejemplo de estos días: tenemos una demanda creciente de pedidos de alimentos para sectores más vulnerables, más allá de que los programas, sobre todo nacionales, llegan, pero a la gente no le alcanzan con los valores que hoy vemos en los supermercados. Y esta semana no encontramos proveedores que nos quieran vender alimentos que necesitamos comprar para satisfacer esas necesidades. Porque, obviamente, los tiempos de pago que tiene la administración pública, más allá de que nosotros los cumplimos a rajatabla, pero, a ver, lo mejor que podemos hacer es, para cumplir con el Tribunal de Cuentas, pagarlo a treinta días. ¿Y quién te vende la mercadería a treinta días cuando hay supermercados que te dicen que todos los días les viene una lista distinta? Entonces, esas son las dificultades que estamos teniendo en este momento, no escapando a lo que pasa en la provincia y en el país.



–Una modalidad que es habitual de su gobierno es el “gabinete en los barrios”. En los últimos días ha estado en distintos puntos de la ciudad. ¿Qué inquietudes pudo recoger de los vecinos? ¿Cuáles son hoy las preocupaciones principales de los bahienses?

Es muy buena esta práctica, porque es una forma de estar cerca de la gente. No tanto el intendente, que en general es el que está más cerca y que la gente conoce, sino llevar a todo el gabinete y que la gente les conozca la cara a todos los secretarios y demás. Pero hay un dato que se repite: en general, los pedidos de la gente son cosas muy simples. No vas a un barrio y alguien te va a pedir un puente estilo Manhattan, digamos. La gente quiere que mejore el estado de las calles. Nosotros tenemos todavía una cantidad de calles que son de tierra en la zona periférica. Estamos con un programa muy amplio de iluminación LED, que está yendo desde el centro hacia las afueras, pero hay sectores que no ha llegado, entonces la gente quiere saber cuándo llega porque le cambia la situación y ve que es mucho mejor. Y además tiene que ver con la sensación de seguridad que eso le significa a la gente. Que mejore la frecuencia de los colectivos, o que el colectivo pase por determinados lugares que están a cinco o seis cuadras. Es muy bueno el ida y vuelta.

Y nosotros aprovechamos para, incluso, ofrecer algunas cuestiones que la gente no pide o no sabe que están disponibles, como distintos talleres, por ejemplo, para chicos, para adultos, para adultos mayores: talleres sobre cocina, sobre cuestiones bromatológicas, sobre danzas, todo aquello que el municipio está en condiciones de ofrecer y que por ahí a los barrios es más difícil que llegue, o que la gente no llega hasta los sectores más céntricos en que se ofrece. Pero es una buena experiencia. Nosotros tenemos un sistema en que escuchamos a la gente, le pedimos que priorice los pedidos y los debatimos ahí y les damos respuesta. Y todos los otros pedidos que tengan también los llevamos y en un plazo máximo de treinta días les damos una devolución absolutamente de todos los casos, para decir, “bueno, esto lo podemos hacer, esto lo vamos a hacer, esto lo vamos a hacer en conjunto, esto no nos corresponde a nosotros”. Porque estas cuestiones pasan: aquí en Bahía, como pasa en La Plata también, hay muchos problemas con el tema de ABSA por ejemplo, y entonces la gente nos reclama porque hay pérdidas, por otras cuestiones, y nosotros no somos responsables del servicio de agua y de cloacas, pero nos comprometemos a transmitir la inquietud. Y a todo el mundo le devolvemos la respuesta, sea positiva, en muchos casos, o sea negativa, en algunos, o porque es una obra de envergadura que no está en el presupuesto o porque no nos corresponden esas cuestiones. Pero la verdad que llevar todos los meses el gabinete a uno o dos barrios distintos (o a veces, según el barrio, como nos pasó ahora en el último, unimos dos barrios para que la gente esté) nos ha dado muy buen resultado.

–Intendente, ya anunció meses atrás que no se presentará por la re-reelección. ¿Qué balance puede hacer de sus prácticamente ocho años al frente de la gestión municipal?

Uno nunca está satisfecho, porque siempre quedan cosas para hacer. Incluso cuando va a distintos barrios donde se han hecho cosas, es más común que la gente le reclame más cosas y no le agradezca lo anterior, porque ya lo da como un hecho y siempre hay cosas nuevas para reclamar. A uno le pasa un poco lo mismo. Yo tengo una frase que es muy simple: “Se hicieron muchas cosas, quedan muchas más por hacer”. Y esta es la realidad. Vivimos en una sociedad muy dinámica donde además hay mucha necesidad.

Entrevista realizada por Grupo La Provincia (grupolaprovincia.com)

El tema de la obra pública creció muchísimo; se hizo mucho por distintas vías. Aquel programa original del Fondo de Infraestructura Municipal (FIM), que instrumentó el gobierno de la Provincia en 2016, con Marí­a Eugenia Vidal, que continuó el gobierno de Axel Kicillof, a los municipios nos significó mucho, porque nos significa poder asignar recursos que exceden la capacidad de los municipios, pero que las decisiones las tomemos nosotros, en base al conocimiento que tenemos. En el FIM de este año, que ya estamos ejecutando, Bahía Blanca tiene casi 900 millones de pesos. Son 900 millones de pesos adicionales que uno puede distribuir en distintas obras, con dinero de la Provincia, al margen de las obras que pueda hacer Nación, que pueda hacer Provincia o el propio municipio. En las obras siempre estás un poco detrás, ¿no? Porque hay, como te decía, muchas demandas, sobre todo en ciudades grandes.

Esto es un aspecto. Nosotros estamos muy conformes con algunos otros avances que se hicieron. Cuando nosotros tomamos el municipio, Bahía Blanca venía de una crisis institucional bastante importante en los diez años precedentes. Acá en Bahía, en esa década hubo, por primera vez en los doscientos años de historia, un intendente destituido. Después hubo un intendente que fue electo, completó el período, fue reelecto y el día que tenía que asumir se fue de ministro de Scioli a La Plata y no cumplió el mandato. Pero además, el concejal que lo suplía no sabía que haría esa movida, con lo cual entró bastante mal pisado. Encima, dos años después se va del Partido Justicialista (PJ) y pasa al Frente Renovador; corta las relaciones con el gobernador y con la presidenta, entonces no viene ninguna obra. Toda esa situación institucional compleja es la que agarramos nosotros a fines de 2015 y que nos llevó un tiempo normalizar. Y hoy, hace tiempo ya, merced a un amplio apoyo de todos los sectores políticos, eso está absolutamente saldado.

Y otra bandera que nosotros llevamos y que estamos muy conformes es la bandera de la transparencia. Nosotros tenemos el sistema de gobierno abierto, dentro de la provincia de Buenos Aires, no quiero decir el más amplio, pero entre los tres municipios más amplios, donde absolutamente todo está expuesto en el gobierno abierto y cada ciudadano puede saber día a día qué firma el intendente, en qué gasta, qué licitaciones se hacen. Un sistema absolutamente transparente que incluye hasta el sueldo de los funcionarios, que a veces es motivo de queja y de cuestión, bueno, pero está absolutamente a disposición. Esa bandera de transparencia, porque también veníamos medio complicados, incluso con funcionarios del anterior gobierno procesados, algunos presos por distintas irregularidades, es un logro que por ahí uno entiende que al ciudadano que le cuesta llegar a fin de mes, que haya mejorado la institucionalidad o que se haya avanzado mucho en sistemas de transparencia, a la gente que hoy tiene padecimientos económicos por ahí no es un tema que le llega tanto. Pero era un eje de gestión y lo hemos podido implementar. Y en mi caso, el mayor reconocimiento que me llevo es que la sociedad comprendió eso.

Yo asumí en el año 2015 con el 43% de los votos. Y cuando fui a la reelección, en 2019, saqué el 51% de los votos. Ese crecimiento, que son miles de votos, la verdad que a uno lo satisface, porque más allá de las quejas cotidianas y demás hay un montón de ciudadanos que no se expresan diariamente y lo hacen donde tienen que hacerlo, que es el día de la votación. Por eso nos vamos satisfechos, pero sabiendo que hay muchísimas cosas por hacer y obviamente procurando que, tomada la decisión de no ir por un nuevo período, sea alguien de nuestro equipo quien continúe esa tarea.

Mirá la segunda parte de la entrevista:

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–Intendente, por último, lo llevo al plano electoral a nivel provincial. La última vez que hablamos, recuerdo que usted me dijo que para abril ya JxC debería haber definido a sus precandidatos a gobernador. Bueno, estamos a principios de mayo y aún no hay novedades. ¿Cómo analiza este panorama?

Con preocupación. Porque no estamos dando un buen espectáculo a la sociedad. Suplo la palabra espectáculo por imagen, para que no se malinterprete: no estamos dándole una buena imagen a la sociedad, que necesita algún tipo de respuesta frente a la enorme incertidumbre que tiene, con un gobierno nacional absolutamente quebrado, con una economía desquiciada, con la gente que tenía en claro que el plan del gobierno era llegar a diciembre y ahora dice, “bueno, el objetivo es llegar a agosto y ver qué pasa”. La verdad es que hoy estamos en un momento muy malo, con índices tremendos, 115 o 120 por ciento de inflación, cuarenta y pico por ciento de pobreza, una cuestión de la que va a ser muy difícil salir. Ahora, frente a ese panorama poco alentador que ofrece el oficialismo hoy, tampoco nosotros le estamos dando una imagen de que tenemos que llegar al poder y sabemos lo que vamos a hacer.

Estamos enfrascados, y esto yo lo digo internamente, con lo cual no es una cuestión que yo no tenga que decir públicamente, hay una lucha de egos demasiado importante. Yo creo que se ve tan cerca la posibilidad de retomar el poder en los distintos niveles después de lo que pasó en 2019, que hay mucha gente interesada en ocupar esos lugares, capacitada, pero nadie da un paso al costado o para atrás o tiene un atisbo de generosidad (o muy pocos), como para decir “ordenémonos”.

Ayer hablaba con la gente que normalmente se encarga de la fiscalización de las elecciones y les decía: “¿Vos te acordás de que en 2015 o 2019 ya para esta altura teníamos casi lista la lista y ya estábamos hablando de la fiscalización de las elecciones PASO?”. Yo integro la mesa de Juntos de la provincia y no nos hemos podido reunir todavía con nuestros socios del radicalismo y de la coalición porque no tenemos definida nuestra interna. Y hablo como PRO, pero también al radicalismo le pasa un poco lo mismo. Entonces, ya estamos a 45 días del cierre de listas y estamos todavía... Fijate que en el caso de la provincia tenemos hoy entre cinco y seis precandidatos a gobernador. No, con el radicalismo más: siete, ocho. Y no tenemos una definición. Creo que entramos en época de definiciones, me parece que las próximas dos semanas van a ser muy importantes.

Nosotros estamos en un espacio que ha tenido mucha centralidad en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), porque allí se gobierna y porque allí surgió, y hoy es como que se está enfrascado en el tema de CABA y la provincia de Buenos Aires está un poco más relegada. Estamos haciendo reuniones: la semana pasada la mesa se reunió con Patricia Bullrich; el miércoles que viene nos reunimos con Horacio Rodrí­guez Larreta, para ir viendo posturas pero también para ir definiendo cosas en la provincia de Buenos Aires.

Estamos complicados. La realidad es que estamos complicados. Y es una lástima, porque deberíamos estar ya ofreciéndole a la gente imágenes como, por ejemplo, la de ayer, donde los economistas de los distintos partidos se reunieron para avanzar en las medidas que se van a tomar en caso de llegar al gobierno. Pero en lo estrictamente político, en lo de candidaturas y demás, estamos bastante atascados e insisto, como un mea culpa partidario, que fundamentalmente es una cuestión de demasiados egos.

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