Entrevista GLP. Adrián Grana: “No puede pasar en un gobierno peronista que los trabajadores estén por debajo de la línea de la pobreza”

El diputado provincial del Frente de Todos cuestionó la discrepancia entre el liderazgo político y la institucionalidad en el gobierno y exhortó a construir “un criterio de unidad” para, a partir de allí, generar políticas de Estado duraderas.

Mundo 28 de abril de 2023 Redaccion GLP
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–¿Qué lectura puede hacer del discurso que brindó Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta de la Nación, en la jornada de ayer, en el Teatro Argentino de La Plata? ¿Con qué sensación se fue tras sus palabras?

Bueno, volvió con todo. Más allá del título que tenía su clase magistral, efectivamente fue magistral, porque hizo un recorrido sobre la situación actual e histórica de la Argentina con un nivel de meticulosidad y profundidad que me parece que es sumamente importante. Y trascendente. Básicamente, porque no estamos acostumbrados a escuchar ese análisis en términos políticos. Y esta dimensión que planteaba la compañera, en términos de la necesidad de retomar los debates centrales para que podamos construir algunos puntos de acuerdo en el conjunto de la política como para empezar a pensar las platformas de despegue y desarrollo de la Argentina, me parece medular y a la vez absolutamente necesario, básicamente porque es un punto que nadie toma. Esto de asumir el debate, asumir las diferencias, asumir los matices, asumir las controversias incluso, para poder dirimir con el conjunto de la ciudadanía cuál es el rumbo que queremos tomar. Y en esto me parece que fue un gran aporte la charla, y fundamentalmente la parte donde la compañera nos plantea que tenemos que reconocer que hay nuevos problemas. Y sobre todo nuevas realidades para asumir los problemas, que algunos son viejos en la Argentina, pero nuevas realidades.

Uno de los detalles, que no recuerdo si lo dijo ella textualmente ayer, es que desde hacía muchísimos años, quizás desde la década de 1930, la principal moneda de transacción en el mundo era el dólar. Hace apenas algunos días, después de casi noventa años, dejó de ser la principal moneda para que la principal moneda de transacción en el mundo hoy sea el yuan, la moneda china. Bueno, cambia el paradigma del comercio internacional solamente con este único dato. Y me parece que esto hace que el conjunto de la política piense cómo relacionarse con esta nueva realidad para pensar en el futuro, no de China, ni de la moneda china, ni cómo va a ser el dólar, sino para pensar en el futuro argentino, cómo se relaciona Argentina con este mundo y con este nuevo orden en que pareciera ser que se está rediscutiendo lo que se conocía como la lógica mundial. Ahora hay toda una discusión alrededor de eso y la Argentina tiene que meterse rápidamente en esa discusión.



–En este sentido, Cristina ayer valoró la decisión de Sergio Massa de pagarle a China en yuanes.

Pero claro. Me parece que es una medida, y ella lo planteó con toda claridad, inteligente. Porque siempre el peronismo ha tenido como concepto para pensar las oportunidades el no alineamiento, el hacer lo que a la Argentina le convenga en cada momento histórico. Entonces, esta idea de la tercera posición no es solamente una cuestión de que no estamos ni con uno ni con otro. No: la tercera posición lo que permite es que nosotros podamos relacionarnos con el mundo en función de la conveniencia argentina y no a partir de los designios de los poderes centrales. En ese sentido, es saludable la decisión que tomó el ministro de Economía, en el marco de esta corrida cambiaria que sufrimos, que tiene también contenido político fuertemente, ¿no? Yo creo que es una corrida cambiaria que lo que buscaba fundamentalmente era desestabilizar aun más al gobierno y tratar de evitar que podamos construir una alternativa ganadora para las elecciones.

–También Cristina ayer puso sobre la mesa este debate que usted manifestaba: la necesidad de discutir las diferencias, llegar a consensos sobre determinados temas. Pero también dijo: “Yo he pedido en Avellaneda que los militantes tomen el bastón de mariscal, pero no para que se lo tiren en la cabeza a otros compañeros”. ¿Piensa que Cristina intenta bajar los humos, bajar las diferencias en la interna con esta declaración?

No, lo que creo es que Cristina es el principal liderazgo político que tiene hoy la Argentina, y por ende el peronismo. Entonces me parece que asume el rol de ese liderazgo y la conducción de esta nueva unidad que ha significado el FdT, porque entiende la necesidad de que esa unidad se preserve para poder evitar que vuelva la derecha, después de tres años y medio de gobierno en los cuales hemos tenido algunos aciertos pero también hemos tenido dificultades.

Entrevista realizada por Grupo La Provincia (grupolaprovincia.com)

Recordemos que cuando Cristina se va del gobierno los trabajadores participaban en el 52% de la renta, y hoy está apenas por arriba del 40. Esta diferencia enorme es la que explica la mayoría de las angustias de nuestro pueblo. Por eso Cristina ayer nos llamaba a discutir, no solamente un modelo de desarrollo, sino un modelo de desarrollo con inclusión, donde no exista esta realidad, que existe por primera vez en la Argentina, de que trabajadores asalariados en blanco están por debajo de la línea de la pobreza. Ésta es la principal deuda que tenemos que discutir.

Ahora, esos debates hay que asumirlos. Obviamente, hay que asumirlos aceptando la diversidad, las opiniones distintas, pero también asumiendo (y me parece que esta es una gran demanda que nos hace Cristina al conjunto de la militancia, del peronismo, pero también de la ciudadanía) que hay decisiones complejas por tomar por delante, y que hay que asumirlas con gallardía, con valentía, con mucha valentía para poder armar un horizonte de justicia social en la Argentina. Para eso tiene que haber, primero que nada, un criterio de unidad. Unidad, por lo menos, entre esas miradas más cercanas, para después construir también miradas de políticas de Estado, que también las puedan asumir otros actores que no necesariamente están en nuestro frente, pero que podamos discutir profundamente cómo hacemos para fortalecer nuestra moneda, cuáles son los esquemas necesarios que tenemos para apuntalar el desarrollo, para que ese desarrollo sea con los mayores niveles de igualdad posibles. Bueno, para eso, lo primero que dice Cristina es: “No discutamos entre nosotros, no nos peguemos con el bastón de mariscal en la cabeza; sí discutamos profundamente cuál es la plataforma que, independientemente de quién sea el candidato, va a llevar el FdT y que todos nos comprometamos a respetar”. No puede pasar en un gobierno peronista que los trabajadores estén por debajo de la línea de la pobreza, por ejemplo.



–¿Ayer se fue con una sensación de renunciamiento, o Cristina dejó la puerta abierta para una posible candidatura?

De ninguna manera. De ninguna manera renunciamiento. Me parece que demuestra con absoluta claridad el nivel de dirigente y de liderazgo que tiene Cristina. Por lo tanto, me parece que hay una reafirmación de ese lugar en el discurso de ayer. Y lo único que genera, me parece, lo que yo estoy recibiendo de todos los compañeros, compañeras, de gente que no es militante, deja expresada la necesidad de que vuelva a asumir la presidencia de la Nación. Porque aparte hay una cosa que también hemos aprendido de este tiempo: el principal liderazgo político tiene que tener el principal lugar institucional. Si no, se generan situaciones que al final terminan desacomodando las cosas, como pasó en este proceso, donde quizás Alberto no entendió esta situación y significó buena parte de los desaguisados que hoy tenemos: no entender la necesidad que tenía nuestro pueblo de que el liderazgo se exprese también en la presidencia.

Hoy cuesta mucho ver en el gobierno del FdT la marca de Cristina. Y esto es una dificultad grande para el FdT, no para Cristina. Y sobre todo, para el pueblo.

–¿Nota que el gobierno de Alberto Fernández se debilitó? ¿Es un gobierno débil?

Te lo digo de otra manera. Todos pensábamos, allá por 2019, que hoy íbamos a estar haciendo una fuerte campaña por la reelección de Alberto. Y así asumimos el gobierno en el ’19, y así asumimos la responsabilidad del FdT. Bueno, eso no es posible no por un problema de empatías o de antipatías, sino por un problema de resultados. Y hoy tenemos que estar discutiendo otras cosas y tenemos que estar tratando de ver cómo llevamos adelante la propuesta para que sea competitiva electoralmente. Y ahí es donde decimos “aprendamos de la experiencia”, y en ese sentido la necesidad de que Cristina sea candidata a presidenta, porque, por lo menos en la Argentina, es muy difícil disociar el liderazgo de la institucionalidad.

Esta gran sorpresa que fue la candidatura de Alberto no lo fue solamente para nosotros, los militantes, sino para el mundo entero. Es la primera vez que un vicepresidente, o en este caso vicepresidenta, elige a su compañero de fórmula. En cualquier lugar de la historia del mundo es al revés. Bueno, acá, como el peso del liderazgo de Cristina es tan grande, ella elige al presidente desde el lugar de la vice. Es rarísimo. Bueno, esa situación no ha dado los mejores resultados. Por eso necesitamos que el conjunto de la política del peronismo entienda que no hay liderazgo ni personaje que pueda suplantar al de Cristina, y mucho menos si no hay un programa definido, fuerte, que todos nos comprometamos a respetar.

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