A finales de noviembre, faltando poco para asumir como presidente de la Nación, el economista Javier Milei anticipó que el país atravesaría un periodo de estanflación, y generó más dudas que certezas entre los argentinos.
El término no sólo se convirtió en trending topic de la red social X, sino que además se encuentra entre las palabras más buscadas por los internautas en Google durante las últimas semanas.
“Va a haber una estanflación, porque cuando hagas el reordenamiento fiscal eso va a impactar negativamente en la actividad económica”, había pronosticado en declaraciones radiales el mandatario electo.
Dos semanas más tarde, repetía en su discurso de asunción de espaldas al Congreso, que habría “estanflación” pero que no sería “algo muy distinto a los últimos 12 años”.
Lo que el flamante mandatario consideraba como “el último mal trago para comenzar la reconstrucción de la Argentina”, reavivó la curiosidad a partir de aquel domingo 10 de diciembre y siguió siendo tema de conversación en redes sociales.
En pocas palabras “estanflación” significa justamente lo que sugiere el propio término: un período de estancamiento de la economía acompañado de una alta inflación.
Cómo surgió el término "estanflación"
Este concepto surgió casi por casualidad un 17 de noviembre de 1965, cuando el ministro de finanzas británico Ian MacLeod disertaba ante la Cámara de los Comunes.
“Tenemos lo peor de ambos mundos: no sólo inflación por un lado o estancamiento por el otro, sino ambos juntos. Tenemos una especie de 'estanflación'“, dijo en aquella sesión informativa del Parlamento.
Aunque la estanflación constituye una anomalía desde la visión de la economía clásica, se volvió común en varios países a partir de la segunda mitad del siglo XX, en el marco de sucesivas crisis económicas y sociales.
A diferencia de una recesión en la que el desempleo es alto, y la demanda de productos es baja, al igual que el poder adquisitivo de las personas; en la estanflación los precios de bienes y servicios no descienden porque la demanda disminuya, sino que continúan en aumento.
Y aunque parezca un término bastante acertado hay economistas a los que no les convence ya que estancamiento pareciera ser la opción “menos mala”, cuando en realidad es muy lesiva para un país.
Estanflación en la Argentina
En nuestro país, la estanflación estuvo presente en al menos 16 de los últimos 48 años, registrándose por primera vez durante la presidencia de María Estela Martínez de Perón, cuando el 1975 cerraba con una inflación del 182% y un PBI que no tuvo variación respecto al año anterior.
La tendencia se acentuó en 1976 cuando el PBI cayó 2% en medio de una inflación que superaba el 400%.
Este contexto en el que la inflación crece más que la economía nacional, volvió a padecerse en 1978, 1981 y 1982, dejando una situación alarmante para los gobiernos democráticos que se sucedieron a partir de 1983.
Recién en 1991, la implementación del régimen de Convertibilidad interrumpió 'la dupla' durante una década, ya que si bien cayó la actividad algunos años, la inflación estuvo ausente.
Pero la estanflación volvió a aparecer en 2002 y con el peor registro en cuanto a la evolución del PBI (-10%) y la inflación (40,9%).
¿Cómo se combate?
Ahora bien, un informe publicado por el sitio de BBVA afirma que evitar el riesgo o combatirlo es complicado, ya que las políticas expansivas para estimular el crecimiento podrían generar más inflación en cambio aquellas contractivas para frenar la escalada de precios podrían prolongar el estancamiento económico.
Algunos expertos consideran que la solución está detrás de alcanzar un equilibrio entre la oferta monetaria o cantidad de dinero que circula, y el tipo de interés de una economía, es decir, el precio del dinero.
Hay que entender algo simple: Para bajar la inflacion tenes que bajar el gasto publico y si bajas el gasto publico hay menos recursos en la economía, entonc-
También hay quienes señalan que la solución podría ser “aumentar la oferta de productos básicos energéticos y alimentarios” tal como aconseja David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial.
Asimismo, economistas advierten que incluso un anuncio del Gobierno sobre la oferta futura serviría para reducir los precios y las expectativas inflacionarias, ya que los mercados tienen muy en cuenta la proyección a futuro, “miran hacia adelante”