La enemistad de dos grandes pintores, Manet y Degas, es explorada en una muestra

El Museo Metropolitano (MET) de Nueva York inaugura este domingo la exposición "Manet/Degas", que examina uno de los diálogos más significativos de la historia del arte moderno: la estrecha y a veces tumultuosa relación entre Édouard Manet y Edgar Degas, quienes fueron amigos, rivales y, en ocasiones, antagonistas, en su trabajo por definir la pintura moderna en Francia en el siglo XIX.
La muestra examina sus carreras en paralelo y presenta sus obras una al lado de la otra, con la intención de investigar cómo se solaparon y divergieron los objetivos y enfoques artísticos de los pintores -Manet (1832-1883) y Degas (1834-1917)- nacidos con sólo dos años de diferencia.
A través de más de 150 pinturas y obras sobre papel, "Manet/Degas" ofrece una nueva visión de las interacciones de estos dos artistas en el contexto de las relaciones familiares, amistades y círculos intelectuales que influyeron en sus elecciones artísticas y profesionales, lo que profundiza la comprensión de un momento clave de la pintura francesa del siglo XIX, según informó el museo en un comunicado.
Organizada por el MET y los Museos d'Orsay y de la Orangerie de París, la exhibición busca evidenciar cómo cada artista respondió a las cambiantes costumbres estéticas y políticas, plasmando nuevas visiones de la vida moderna en el París del siglo XIX.
Ambos, hijos rebeldes de familias burguesas, coincidieron durante años en sus visitas al Museo Louvre: para los artistas que hasta entonces habían estudiado reproducciones en blanco y negro, la experiencia de ver las obras reales fue una revelación, indicó Stephan Wolohojian, conservador de pintura europea del museo.
Aunque no se conocen con exactitud los motivos de discordia entre ellos, cuenta la historia que en una tarde como tantas otras, Suzanne Manet tocaba el piano mientras su marido Édouard se recostaba en el sofá, sumido en sus ensoñaciones, y que esa velada en particular sería inmortalizada por su amigo Edgar Degas, quien volvería a casa y pintaría la escena como regalo para la joven pareja. Pero tiempo después, en otra visita a la casa, Degas encontraría -con indignación- que esa pintura había sido violentamente acuchillada.
Entre la admiración y la competencia, Manet y Degas seguirían presionándose mutuamente para asumir los riesgos que definirían sus carreras, aunque dejaron pocas pruebas de su relación en sus papeles: aunque Degas habla de Manet en sus numerosas cartas a otras personas, ninguna de ellas está dirigida a Manet. Por su parte, Manet sólo dejó unas pocas cartas a Degas.
La exposición que explora la enigmática relación personal y profesional de dos grandes del arte francés del siglo XIX, abre sus puertas al público el 24 de septiembre en el Museo Metropolitano, donde permanecerá hasta el 7 de enero de 2024.
(Télam)