La ESMA es patrimonio mundial: un valladar al negacionismo

Por Guillermo Torremare, presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos . A 40 años de la recuperacion democratica podemos decir que las y los argentinos hemos hecho nuestros los conceptos rectores de Memoria, Verdad y Justicia.

Política19 de septiembre de 2023 Agencia Télam
Por Guillermo Torremare, presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH).

A 40 años de la recuperación democrática podemos decir que las y los argentinos hemos hecho nuestros los conceptos rectores de Memoria, Verdad y Justicia.
Porque lo hicimos, sabemos de la necesidad de conservar archivos, señalar lugares y recordar a las víctimas, y ello es Memoria. Sabemos que es indispensable investigar para descubrir y revelar todas las circunstancias de la perpetración del genocidio, y ello es Verdad. También sabemos que juzgar y sancionar los delitos cometidos, es justicia. Y por eso es que en los últimos 17 años se han dictado alrededor de 300 sentencias que condenaron a más de 1.100 represores, encontrándose hoy en trámite 337 causas en las que se investigan a 1.040 imputados.
La decisión de UNESCO de incluir a "Museo Sitio de Memoria ESMA - ex centro clandestino de detención, tortura y exterminio" en el listado de bienes que son Patrimonio de la Humanidad tributa de extraordinaria manera al sostenimiento de esos tres pilares.
El hecho es importantísimo porque otorga al sitio, en términos de la Convención de Patrimonio Mundial, "valor universal excepcional", pasando a formar parte del limitado lote de 869 lugares que conforman la nómina en todo el planeta, entre ellos el Campo de Concentración Nazi Auschwitz-Birkenau en Polonia y el Memorial de la Paz de Hiroshima en Japón, lugares emblemáticos de la defensa de los derechos humanos.
Es una verdad histórica, judicialmente comprobada, que en la ESMA oficiales y suboficiales pertenecientes a la Armada Argentina, siguiendo un plan sistemático rigurosamente pergeñado, torturaron y asesinaron a más de 5.000 personas, robaron bebés nacidos en cautiverio, ejercieron violencia sexual y de género, sometieron a grupos de personas detenidas-desaparecidas a trabajos forzados de diversa índole, y organizaron la apropiación de bienes muebles e inmuebles de las víctimas.
Frente a esa realidad - y por si hiciera falta-, la declaración de UNESCO viene a imponer un valladar infranqueable a las manifestaciones negacionistas que ocasionalmente se expresan en minoritarios sectores de la sociedad argentina, al tiempo que reconoce la trascendencia de la inagotable lucha colectiva en la construcción de la Memoria, el conocimiento de la Verdad y la consagración de la Justicia.
(Télam)
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