Invap potencio el desarrollo de nuevos proyectos a partir del programa SAOCOM

La ciencia se abre paso en Argentina.

Argentina 20 de febrero de 2020 Agencia Télam
El desarrollo de la tecnología del Radar de Apertura Sintética destinado a los Satélites SAOCOM 1A y SAOCOM 1B le permitió a la empresa Invap adquirir conocimientos que se aplicaron en otros proyectos como el desarrollo de radares de vigilancia, de control de tráfico aéreo y meteorológicos.
El gerente del área espacial de Invap, Gabriel Absi, contó a Télam que “la participación de Invap en el proyecto SAOCOM comenzó en 1998 con tareas de investigación y desarrollo, cuando la tecnología de los radares de apertura sintética todavía era novedosa, y adquirir esos conocimientos nos permitió encarar y fortalecer otros proyectos, que es lo que pasa cuando el Estado sostiene en el tiempo proyectos estratégicos”.



“Cuando en 2004 el entonces presidente Néstor Kirchner se enfrenta al problema de la falta de radares para el control del tráfico aéreo y la vigilancia aeroespacial una de las opciones sobre la mesa era comprar los equipos a los países que ya los exportaban de manera exitosa, pero la decisión fue invertir en el desarrollo local y se creo el Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial (SiNViCA), en el que se aprovecharon los conocimientos adquiridos en el programa SAOCOM”, recordó.
Absi señaló que “la tecnología de radar de apertura sintética que se desarrolló para los satélites SAOCOM también se aplicó en el desarrollo de los radares de vigilancia, de control de tráfico aéreo y meteorológicos que hoy funcionan en todo el país”.
“Estos conocimientos también facilitaron el desarrollo de manera local de la tecnología de radar de barrido electrónico activo, también conocido como AESA por sus siglas en inglés, con la que estábamos trabajando en el programa Sistema Aéreo Robótico Argentino (SARA) que fue discontinuado por el gobierno anterior y esperamos retomar”, indicó.
“Cuando salió la colaboración con la NASA en el satélite SAC-D muchos de los recursos se volcaron a ese programa, y una vez que se completó esa tarea el programa SAOCOM retomó desarrollo en 2011; y la continuidad de la política espacial no sólo hizo que hoy estemos en condiciones de exportar estas tecnologías, también beneficia al ecosistema de empresas que son nuestras proveedoras y a los organismos científicos con los que estamos vinculados”, añadió.
Absi detalló que “Invap tomó la figura de contratista principal de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) en el programa SAOCOM y es responsable de la integración del satélite y los test funcionales, pero principalmente, del diseño y test de la plataforma de servicios y la electrónica central del radar de apertura sintética; además de todo el diseño de estructura mecánica, y lo vinculado a condiciones térmicas y energía”.
“La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) tiene equipos que históricamente se destacaron en el diseño mecánico y energía solar, y que se ocuparon de la construcción de la antena y los paneles solares que abastecen de energía el satélite”, apuntó.
Absi agregó que “la empresa Veng se ocupó de la electrónica y los ensayos de la antena, mientras que la Universidad Nacional de La Plata desarrolló las mantas térmicas de la antena”.
“Todos los componentes se integraron en Invap, y luego el satélite fue sometido a todos los test ambientales en Centro de Ensayos de Alta Tecnología Sociedad Anónima (Ceatsa)”, resaltó.
“Lo más complejo de desarrollar en el satélite fue el instrumento, porque un radar de apertura sintética es algo muy novedoso y había pocos antecedentes de algo así en el mundo, mucho menos en Argentina; hay que pensar que cuando la antena se despliega tiene 35 metros cuadrados y hacer que funcione en el espacio es un desafío, lo mismo que la transmisión de la enorme cantidad de datos que genera”, enfatizó.
Absi contó que “esta antena toma imágenes de la Tierra, y en algunos modos lo hace hasta en tres dimensiones, incluso con información sobre la humedad de suelo que es muy útil para un país agrícola, y puede hacerlo de día o de noche o en cualquier clima, cosa que los satélites con sensores ópticos no pueden hacer”.
“Hay que pensar que el satélite va a estar a 620 kilómetros de la tierra viajando a 27.000 kilómetros por hora para dar una vuelta al planeta Tierra cada 110 minutos, se va a colocar en una órbita en la que el Sol lo ilumine todo el tiempo para abastecer los paneles solares que generan la energía del radar”, describió.
Absi estimó que “el satélite tiene una vida útil estimada por diseño de unos siete años, debido a la cantidad de combustible que lleva para las maniobras de ajuste de órbita y el desgaste de los componentes en el espacio por la radiación”.
Respecto del futuro de Invap en el programa SAOCOM, Absi estimó que “Conae tiene la voluntad de darle continuidad al programa, y como estos dos satélites fueron desarrollados con una tecnología que ya fue superada un desafío para Invap puede ser el diseño de los reemplazos de los SAOCOM 1A y 1B con nuevas tecnologías”. (Télam)
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