El juicio por la muerte de George Floyd evoca una larga lista de crimenes policiales en EEUU

El asesinato de George Floyd a manos de un policia blanco que desato una de las mas importantes olas de protesta antiracistas de las ultimas decadas en Estados Unidos y cuyo juicio se inicia hoy en la ciudad estadounidense de Minnesota, integra una

Mundo08 de marzo de 2021 Agencia Télam
El asesinato de George Floyd a manos de un policía blanco que desató una de las más importantes olas de protesta antiracistas de las últimas décadas en Estados Unidos y cuyo juicio se inicia hoy en la ciudad estadounidense de Minnesota, integra una extensa lista de casos de violencia policial contra minorías en ese país, la enorme mayoría de ellos impunes.
El caso de Rodney King fue uno de los primeros que se dio a conocer en todo el mundo.
En marzo de 1991, King se encontraba en libertad condicional. Una noche en la que se encontraba trabajando como taxista, fue perseguido por la policía tras negarse a detener el vehículo.
Cuando finalmente detuvo el coche, los policías le derribaron, inmovilizaron y golpearon con bastones hasta causarle fracturas por todo el cuerpo.
Si bien logró sobrevivir, la justicia absolvió a los agentes, lo que desató una gran oleada de protestas en Los Ángeles.
En febrero de 2012, Trayvon Martin, un joven negro de 17 años, murió de un tiro en el pecho disparado por George Zimmerman, un vigilante del vecindario en Sanford, cuando regresaba caminando a la casa de novia de su padre en esa ciudad del estado Florida, tras parar en una tienda a comprar unos bocadillos.
Zimmerman, que reconoció haber disparado a Martin aunque alegando defensa propia, fue absuelto tras un mediático juicio.
El 17 de julio de 2014, el afroamericano Eric Garner, un hombre asmático de 43 años, murió asfixiado en Nueva York, cuando un oficial lo estranguló durante casi 20 segundos a pesar de que él gritaba que no podía respirar. Garner había sido detenido por vender cigarrillos ilegales.
Menos de un mes después, el 9 de agosto de 2014, Michael Brown, un afroamericano de 18 años, murió desarmado tras recibir seis tiros de Darren Wilson, un policía blanco en Ferguson, Missouri.
En ambos casos se exculparon a los agentes policiales y se produjeron protestas por su impunidad ante la brutalidad policial hacia la comunidad negra.
El 22 de noviembre de 2014, Tamir Rice, un niño afroamericano de 12 años, fue asesinado en Cleveland, Ohio, por el policía blanco Timothy Loehmann, de 26 años, quien disparó a quemarropa inmediatamente después de llegar al lugar por una denuncia. Rice llevaba una pistola de juguete.
Dos agentes, Loehmann y Frank Garmback, de 46 años, respondían a una llamada de la policía sobre un hombre que tenía un arma.
Si bien todos estos casos tuvieron repercusión en la sociedad estadounidense, los asesinatos de Rice y Martin, menores de edad ambos, impactaron con gran fuerza en algunos sectores que se empezaron a movilizar bajo el lema "Black Lives Matter" (BLM, las vidas negras importan).
En 2015, el homicidio del afroamericano de 50 años Walter Scott tuvo también gran resonancia.
Ese año, Michael Slager, un policía blanco, detuvo a Scott por tener una luz trasera de su automóvil rota, en North Charleston, Carolina del Sur.
Slager salió corriendo y el policía le disparó ocho veces, tal y como se puede comprobar en un vídeo publicado por The New York Times.
En este caso, el policía sí fue condenado a 20 años de prisión por asesinato en segundo grado.
Un año después, en 2016, Betty Jo Shelby, una agente de policía de Tulsa, mató a tiros a Terence Crutcher, un hombre negro de 40 años desarmado al que se le averió el coche en la carretera.
La agente, fue declarada no culpable al testificar que disparó porque tenía miedo de Crutcher, a pesar de que le disparó cuando iba hacia el coche.
Philando Castile fue detenido por el mismo motivo que Scott, por llevar una luz trasera rota. En este caso, Castile viajaba con su novia, Diamond Reynolds, que retransmitió todos los disparos en Facebook.
Castile, aseguró al policía que tenía licencia para llevar un arma y la tenía en su coche, pero no la quiso sacar.
Castile disparó siete veces al hombre, afirmando que pensaba que iba a utilizar el arma. Fue absuelto.
El 12 de octubre de 2019, Atatiana Jefferson era una estudiante de medicina que murió por un disparo policial en Dallas, cuando un vecino llamó a la policía para alertar de que la puerta del apartamento estaba abierta.
Un año antes, el 6 de septiembre de 2018, Botham Jean, de 26 años, también había muerto dentro de su propio apartamento por un disparo de la agente de policía fuera de servicio Amber Guyger, que según afirma creyó que era un ladrón que había entrado en su casa a robar.
Sin embargo, la que se equivocó de casa fue la policía, que fue sentenciada a 10 años de prisión.
En febrero de 2020, Ahnayd Arbery, un joven afroamericano de 25 años que se encontraba haciendo deporte fue asesinado por un expolicía y su hijo en una zona residencial en Georgia.
El exagente y su hijo dispararon a Arbery al pensar que estaba relacionado con una serie de robos que se habían producido en zonas cercanas.
En marzo Breonna Taylor, una técnica de emergencias de 26 años fue asesinada por la policía que invadió su casa con una orden de allanamiento de estupefacientes y de un sospechoso no relacionado con la joven.
La mujer, que no tenía antecedentes ni poseía drogas en el domicilio, recibió ocho disparos.
La mayoría de los casos de violencia contra afroamericanos policial en Estados Unidos pasan desapercibidos o no trascienden más allá de las fronteras.
El caso de George Floyd, sin embargo, desató una ola de protestas en varias partes del mundo. (Télam)
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