Power Up: musica de videojuegos, animes y cine en clave de big band

Power Up, una big band que reúne a 70 músicos en escena y aborda un repertorio basado en la banda sonora de videojuegos, animés, dibujos animados y famosas películas, se presentará este sábado 17 de agosto, a las 20, en un teatro de la porteña Avenida Corrientes, en un show que prevé una ambiciosa puesta, con trajes y visuales acordes a esta particular propuesta.
Con mucho humor y guiños que invitan a los espectadores a realizar un viaje imaginario hacia momentos relacionados con la niñez, Power Up propone una experiencia inédita en la escena local y regional, que resulta irresistible para un variado público.
“Nosotros no estamos tocando solamente la música de los jueguitos, los animés, las películas o los dibujos animados, estamos tocando la música que sonaba en la casa de muchas personas en momentos muy lindos de su vida”, explicó a Télam Mariano Power, saxofonista, director musical, ideólogo y líder de esta formación.
Fanático de los videojuegos, al punto de contar con una gran colección personal, y músico formado en un conservatorio de música popular y con estudios posteriores en orquestación, Mariano Power se asoció con la cantante Flanders para motorizar esta iniciativa que conjuga todas sus pasiones.
“Estaba terminando el conservatorio y estaba jugando uno de mis videojuegos, como siempre. Justo empezó a sonar la música de una banda que me gusta mucho, que se llama Electro Deluxe (una big band francesa), y se mezclaron los planetas. Pensé: '¿Por qué no hacer una banda grande que toque la música de los videojuegos?' Ese concepto fue evolucionando con el tiempo hasta el día de hoy”, recordó el líder del grupo, en un diálogo que mantuvo con esta agencia, junto a la vocalista, días antes del show del sábado próximo en el Teatro Gran Rex.
Télam: ¿Cómo aborda el desafío de traducir a para una big band una música muy primitiva con la de muchos videojuegos?
Mariano Power: Power Up tiene el desafío de no ser una banda tributo. No hacemos covers. Pensemos que esas consolas iniciales tenían chips que permitían lugar para una melodía y un bajo. Con eso, hacían maravillas, como el caso de Super Mario. No había más canales. Esa es la magia que tiene este grupo, interpretar lo que sonaba en nuestras cabezas y tirarlo dentro de una orquesta.
T: ¿Qué tipo de público imaginó al iniciar este proyecto?
MP: Fue un proyecto egoísta. No imaginaba un público. Queríamos divertirnos nosotros, pero ese concepto fue evolucionando porque todos entendimos qué esto significaba una reconexión con sentimientos muy fuertes. En los shows, la gente canta a los gritos, como una reconexión con el niño interno. Eso es lo mejor porque el niño interno no miento, es transparente, es creativo. La gente deja las frustraciones, la sensación de hacer el ridículo en la puerta y nos demostró que esto se puede hacer en serio. Fue un camino de autoconocimiento de los dos.
T: En el caso de la cantante, ¿cómo es el trabajo para conectar con las líricas tan particulares de los animés?
Flanders: Hay que conocer la serie sobre lo que estás cantando para poder conectar. Mi juego va por ahí. Juego a ser ese personaje que canta la canción y me meto en la historia en el momento en que la canta. Lo que más me gusta de Power Up es que puedo hacer un montón de personajes.
T: ¿Cómo construye esos personajes tan lejanos a nuestra realidad?
F: Eso me lo da más el público que yo misma. Nosotros interactuamos mucho en las redes sociales y allí el público pide y sugiere.
T: ¿Cómo resulta el trabajo de orquestación en el caso de las bandas sonoras de películas, en donde eso ya está resuelto en su versión original?
MP: En el Gran Rex vamos a tocar la música de “Star Wars”. En ese caso, me daría verguenza alterar una sola nota de lo escrito por John Williams. No puedo modificar nada de ese arreglo tan brillante. Pero en otros casos me tomo la licencia de alterar versiones y pasarlos a swing o a jazz. (Télam)