Córdoba logra contener los incendios, pero se mantiene en alerta extrema

Córdoba respira aliviada tras semanas de intensos incendios forestales, con todos los focos finalmente controlados. Sin embargo, las autoridades advierten que la provincia sigue en alerta extrema debido al riesgo de reactivación de las llamas durante los próximos meses.

El pronóstico del tiempo, que anuncia lluvias, trae algo de esperanza, pero también alerta a la población sobre posibles tormentas severas con vientos fuertes y granizo.

Incendios bajo control en las zonas más afectadas

Los últimos focos de incendio que preocupaban a brigadistas y residentes, situados en las áreas de Quebrada de la Mermela, Berrotarán y San José de la Dormida, fueron finalmente contenidos.

Las operaciones de combate del fuego incluyeron más de 250 brigadistas en la primera región, con despliegue de recursos terrestres y aéreos para sofocar las llamas en el área. No obstante, el intenso calor y los vientos complicaron las labores, provocando la aparición de nuevos focos en otras localidades.

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Lluvias en camino: alivio moderado

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió una alerta amarilla para gran parte de la provincia de Córdoba, anticipando tormentas con lluvias intensas, las cuales podrían colaborar en la extinción total del fuego en las zonas más comprometidas.

Sin embargo, las autoridades mantienen la cautela, ya que estas precipitaciones podrían estar acompañadas de fuertes ráfagas de viento, granizo y actividad eléctrica, lo que podría incrementar nuevamente el riesgo de nuevos focos. El gobernador de la provincia, Martín Llaryora, agradeció a los brigadistas por su arduo trabajo y pidió a la población que se mantenga alerta.

Emergencia ambiental y medidas de asistencia

Córdoba continúa en emergencia ambiental, económica y habitacional, luego de que la Cámara de Diputados aprobara una ley para brindar alivio a las zonas devastadas. Esta legislación, que estará vigente por 180 días, establece la asignación de líneas de crédito para los afectados, así como la reconstrucción de las áreas más perjudicadas.

El impacto de los incendios ha sido devastador: más de 69 mil hectáreas han sido consumidas por el fuego en lo que va del año, afectando principalmente zonas rurales, pastizales y áreas protegidas. La pérdida de flora y fauna autóctona ha sido alarmante, con especies animales desplazadas de su hábitat natural.

Si bien los focos activos están controlados, los brigadistas siguen en las zonas más afectadas, especialmente en Punilla y Villa Berna, dos de los epicentros de los incendios. El objetivo es evitar que las brasas remanentes puedan reactivar los fuegos en los próximos días, algo que preocupa a las autoridades debido a las condiciones secas y ventosas que suelen predominar en la región durante esta época del año.