Evo Morales inicia huelga de hambre y presiona al Gobierno boliviano por diálogo

La tensión en Bolivia sube de nivel luego de que el expresidente Evo Morales anunciara la suspensión de bloqueos impulsados por sus seguidores y se declarara en huelga de hambre, exigiendo al Gobierno de Luis Arce instalar mesas de diálogo en respuesta a la crisis económica y política que afecta al país.

Morales exige diálogo y denuncia persecución judicial

Durante una conferencia en Lauca Ñ, en el Chapare boliviano, Morales pidió a sus seguidores un “cuarto intermedio” en las protestas, instándolos a levantar los bloqueos que llevaban casi tres semanas en varias regiones del país. Según Morales, esta medida busca evitar más enfrentamientos violentos y el impacto negativo que los bloqueos están generando en la economía.

La huelga de hambre anunciada por Morales tiene el objetivo de presionar al Gobierno para abrir dos mesas de diálogo. En una, plantea discutir la crisis económica y las dificultades derivadas de la inflación y la escasez de combustible, que han causado aumentos en los precios de alimentos y servicios. En la otra, busca abordar la situación judicial de varios líderes de su movimiento político, quienes, según el exmandatario, son víctimas de “persecución judicial y política” impulsada por el Gobierno actual.

"Hay dirigentes injustamente detenidos, encarcelados, procesados. Donde le corresponde el proceso, que se procese, pero no por estar movilizados o por diferencias ideológicas", manifestó Morales en la rueda de prensa.
La escalada de la crisis y los enfrentamientos en Bolivia

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Los bloqueos comenzaron a mediados de octubre en protesta por las investigaciones judiciales en contra de Morales, quien enfrenta acusaciones de estupro, un cargo que niega rotundamente y considera parte de una "persecución política". Las manifestaciones, que se extendieron por diversas regiones, han llevado a enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, dejando un saldo de 70 personas heridas, en su mayoría policías.

Además de los bloqueos, la tensión aumentó cuando simpatizantes de Morales tomaron tres instalaciones militares en Cochabamba, reteniendo a unos 20 militares y sus familiares. Este hecho fue calificado como “traición a la patria” por el presidente Arce y el Ejército boliviano, quienes denunciaron el acto a través de sus redes sociales.

Una fuente del Ministerio de Defensa, bajo anonimato, detalló que entre los retenidos en uno de los destacamentos hay “una veintena” de uniformados. Las autoridades bolivianas no han precisado el número exacto de personas secuestradas.

La lucha interna del MAS y las denuncias de Morales

La confrontación entre Morales y Arce, ambos miembros del Movimiento al Socialismo (MAS), ha dividido al partido en la disputa por el control de la izquierda y la posible candidatura presidencial para 2025. Morales acusa a Arce de orquestar una campaña de desprestigio en su contra para evitar su postulación, mientras Arce rechaza las acusaciones, argumentando que Morales busca imponer su candidatura.

Morales ha exigido la participación de organismos internacionales en el proceso de diálogo para garantizar su imparcialidad y que, según él, se evite cualquier tipo de manipulación por parte del Ejecutivo. “Para que el diálogo sea viable, responsable y tenga resultados, pido la participación de organismos internacionales de países amigos”, puntualizó Morales en su discurso.

Las tensiones se intensificaron el pasado fin de semana cuando Morales afirmó haber sido objeto de un intento de asesinato en la región del Chapare, una versión desmentida por el Gobierno. Arce, por su parte, respondió exigiendo el desbloqueo inmediato de las vías ocupadas y advirtió que, de no cumplir con la orden, tomaría medidas adicionales, incluso recurriendo al uso de las Fuerzas Armadas para desalojar los puntos de protesta.

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Llamado de la ONU a la moderación

Ante la creciente violencia y los continuos enfrentamientos, el secretario general de la ONU, António Guterres, hizo un llamado a la moderación, instando a todas las partes involucradas a evitar actos de violencia. En una declaración emitida este viernes, Stéphane Dujarric, portavoz de Guterres, expresó que el organismo observa con preocupación la “escalada de tensiones en Bolivia”.

El conflicto en Bolivia continúa generando incertidumbre sobre el futuro del país y la capacidad de Morales y Arce para manejar sus diferencias sin agravar la situación social. La postura de Morales, quien lideró Bolivia entre 2006 y 2019, plantea un nuevo reto para el actual Gobierno en medio de una economía golpeada y la creciente división dentro del MAS.