Este año no habrá árbol de Navidad en Belén, ya que el lugar tradicional del nacimiento de Jesús celebrará unas fiestas reducidas "sin fanfarria y sin demasiadas luces" a la sombra de la guerra de Gaza. Belén, vecina de Jerusalén, ha sufrido en los últimos años los efectos de los enfrentamientos entre israelíes y palestinos. Pero muchos habitantes de la ciudad se han visto especialmente afectados por el actual conflicto en la Franja de Gaza, a 50 kilómetros de distancia. La guerra, desencadenada por la matanza y el secuestro perpetrados el 7 de octubre en el sur de Israel por el grupo islamista palestino Hamás, ha devastado gran parte del empobrecido enclave en una contraofensiva israelí sin final a la vista. En los primeros días de cada diciembre, los líderes eclesiásticos se reúnen en Belén para inaugurar la temporada prenavideña de Adviento, que suele ser una gran atracción turística. No obstante, este año, las calles y plazas de la ciudad estaban en su mayoría vacías y sombrías bajo un seco sol invernal. "Nunca habíamos visto Belén así, ni siquiera en la época del COVID. La ciudad está vacía, triste", dijo a Reuters el padre Ibrahim Faltas, fraile franciscano de alto rango, frente a la Iglesia de la Natividad. "Hoy tenía que ser un día alegre". Los palestinos están doloridos por los "muchos niños, mujeres, ancianos y personas martirizadas en esta guerra loca", señaló. Las autoridades gazatíes cifran en más de 15.000 los muertos palestinos, mientras que Israel afirma que perdió a 1.200 personas en el ataque inicial de Hamás y a más de 70 soldados en los combates de Gaza. En una declaración del 10 de noviembre, los jefes de las iglesias de Tierra Santa expresaron su solidaridad con las personas atormentadas por "el incierto destino de sus seres queridos", una posible referencia a las familias y amigos de unas 240 personas tomadas como rehenes por Hamás y mantenidas en su mayoría incomunicadas. Por primera vez en la memoria de muchos residentes, no se levantó un árbol en la plaza de la Natividad, donde la iglesia se preparaba para celebrar servicios religiosos despojados de actos festivos. "Lo celebraremos con sobriedad", dijo el padre Francesco Patton, del grupo eclesiástico Custodia de Tierra Santa. "Eso significa sin fanfarria y sin demasiadas luces, de la forma más espiritual y más (entre) las familias que en la plaza". Reuters-NA NA