El Vaticano pidió hoy que la cumbre climática COP28 que inició ayer en Dubai favorezca la transición energética para reducir combustibles fósiles y aseveró que la crisis ambiental "está vinculada" al comportamiento humano.

"La esperanza es que la COP28 pueda dar indicaciones claras para favorecer esta aceleración, una transición energética que puede declinarse de varias maneras, empezando por la reducción gradual y rápida de los combustibles fósiles", planteó hoy el secretario de Estado Pietro Parolin, quien representará a la Santa Sede luego de la cancelación del viaje del papa Francisco.

Para Parolin, el cambio hacia un nuevo modo energético debe darse "mediante un mayor uso de las energías renovables y la eficiencia energética, así como mediante un mayor compromiso con la educación para la ecología integral".

Según el cardenal italiano, "los medios económicos y técnicos para contrarrestar la crisis climática son necesarios, pero no suficientes".

En ese marco, el considerado "número dos" del Vaticano sostuvo en diálogo con la prensa de la Santa Sede que "es indispensable que vayan acompañados de un proceso educativo que incida en cambios en los estilos de vida y en los medios de producción y consumo, orientados a promover un modelo renovado de desarrollo humano integral y de sostenibilidad, basado en el cuidado, la fraternidad, la cooperación entre los seres humanos y el fortalecimiento de esa alianza entre el ser humano y el medio ambiente".

Antes de leer mañana el discurso preparado por el Papa en la cumbre, Parolin marcó que "la crisis climática es muy compleja, pero es un problema social global que está íntimamente relacionado con la dignidad de la vida humana" y que "está vinculada a un comportamiento humano de aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero que tiene consecuencias a largo plazo".

"Lamentablemente, el cambio climático avanza y no espera a que se ponga en práctica la buena voluntad" del ser humano", enfatizó.

El martes pasado, el papa Francisco suspendió el viaje de tres días que iba a hacer a Dubai, tras el pedido de los médicos luego de la inflamación pulmonar que le aquejó el fin de semana pasado.

Francisco, de 86 años, tenía previsto llegar este viernes a Dubai para una visita de 38 horas durante la que iba a participar de la COP28 e iba a mantener cerca de 30 encuentros bilaterales con mandatarios de todo el mundo y representantes de la sociedad civil.

El año pasado el pontífice había debido posponer un viaje previsto para julio a República Democrática del Congo y Sudán del Sur por motivos médicos, en una peregrinación que finalmente hizo en febrero de este año. (Télam)