“Desesperanza, pobreza y malestar social” en Salta: se tambalea el gobierno de Gustavo Sáenz

“Más de 500.000 personas con problemas de trabajo” y maestras “con salarios por debajo de la línea de indigencia” son manifestaciones de la realidad de una provincia donde “los gobernantes no ejercen el poder y las instituciones no funcionan”.

Política20 de marzo de 2023 Redaccion GLP
La situación que atraviesa la provincia de Salta, donde gobierna Gustavo Sáenz, es más que delicada. Con la mitad de la población económicamente activa (PEA) “con problemas de empleo” y falencias en el acceso al agua y otros recursos, el gobierno provincial lleva adelante “políticas extractivistas” que, según sus críticos, implican que de toda la riqueza que manejan las empresas mineras “no va a quedar nada”.

En diálogo con GRUPOLAPROVINCIA.COM, la diputada nacional del Frente de Todos (FdT) Verónica Caliva, candidata a gobernadora de la provincia, señaló el desempleo como uno de los principales problemas de la provincia, pero también sumó “una corrupción que ya es insoportable”.

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–¿Qué la motivó a presentarse en la lucha por el sillón provincial?

Ha sido muy grato el año pasado recibir la propuesta de muchas compañeras y compañeros de organizaciones comunitarias, sociales, indígenas, de mujeres, a este desafío, proponerme ser quien los represente en el proceso electoral de mayo. Desde allí, y por la militancia y el recorrido que tenemos muchas organizaciones populares, sindicales, sociales, de los distintos movimientos de la provincia, y por supuesto de partidos políticos, vimos que esas luchas, ese trabajo militante en los territorios por defender derechos, por conquistar y ampliar nuevos derechos, tenía que confluir en un espacio, que siempre dijimos que es el FdT. Tenemos mucho debate acá en la provincia sobre la vigencia del FdT, con todos los debates y matices que son de público conocimiento que tenemos en el ámbito nacional y también en el ámbito local. Así que, tras ver los últimos meses del año pasado y estos primeros meses del 2023, y ver cómo se iba reconfigurando la política, las alianzas, los otros frentes, hemos decidido aceptar ese desafío, esa propuesta, y encabezar este proyecto.

Una vez que nos dispusimos y salimos a convocar y a trabajar, empezaron ya, por supuesto, también a la par, y tras nuestro hacer pública la decisión de participar y de aceptar la candidatura, acá no hay PASO, no tenemos primarias, por lo tanto no son precandidaturas, son candidaturas ya firmes, ahí arrancó ya toda una movida y una disputa en torno a los frentes, a las candidaturas y a las representaciones de los espacios políticos para llegar a la ciudadanía.

–¿Cómo está la situación social en la provincia de Salta? ¿Cómo podría usted definir, de acuerdo a su experiencia política, el gobierno de Gustavo Sáenz?

La realidad de la provincia es muy dura, es dolorosa. Una provincia muy rica con una población absolutamente empobrecida. Y no te hablo de los más vulnerables o más vulnerados por la pobreza, sino de todos los sectores, segmentos sociales, clases sociales, en los términos en que queramos abordar y pensar nuestra sociedad. No hay perspectivas, hay además un descrédito muy grande de los políticos y las políticas y de la política misma. Porque venimos desde hace años con procesos políticos que se quedan en el tiempo, gobernadores que se quedan doce años, ¿no?, como hablar de Juan Carlos Romero primero, Juan Manuel Urtubey después, ahora el gobernador Sáenz, que se aferran al poder y tienen gobiernos que van a contrapelo de lo que quiere la ciudadanía, que no cumplen lo que establecen en las campañas electorales, al revés, hacen todo lo contrario.

Entonces, en ese contexto político y social, donde no hay agua potable, agua segura, pero ya no como en el 2020, que teníamos la crisis sociosanitaria en el norte de la provincia, sino en el territorio entero de la provincia. Aquí en la ciudad de Salta no hay agua, en el Valle Calchaquí no hay agua, el agua está contaminada, hay disputas por el agua para el consumo humano y el saneamiento pero también para los sectores productivos. Entonces tenemos una situación de emergencia permanente, tarifazos, servicios que no se prestan, empresas que tienen en sus manos los servicios fundamentales como la energía eléctrica, el acceso al gas, al agua. No tenemos conectividad. No hay desarrollo de lo más mínimo ni cuidados mínimos que garanticen el ejercicio de la ciudadanía, ejercer los derechos que tenemos consagrados por la Constitución y que nos amparan. No tenemos acceso a una buena salud pública, de calidad. Tenemos escuelas a las que se les caen los techos a pedazos, donde los baños no funcionan, donde las maestras tienen salarios por debajo de la línea de indigencia, no de pobreza. Aquí golpea tremendamente, por supuesto, la inflación, entonces eso agrava todo. Y en ese contexto político, por supuesto, además de las expectativas y de que vengan los planteos de distintas compañeras y compañeros proponiéndonos salir a dar esta pelea, somos todas y todos conscientes de que es necesario involucrarse y llevar un programa y un proyecto político para la provincia y ofrecerle a la ciudadanía un proyecto que venga a generar empleo y trabajo, donde pongamos a la producción como un eje dinamizador fundamental para poder acceder a los derechos. No tenemos otra manera en Salta si no es generando empleo. Tenemos más de 500.000 personas que están con problemas de trabajo; es más del 50% de la población económicamente activa. Aquí casi 500.000 personas cobraron el IFE.

Entonces, es una situación de desesperanza, de pobreza, de malestar social que ya empezó a estallar en el norte, que siempre es el indicador del humor social tras las condiciones inhumanas a las que nos someten. Por eso el gobernador Sáenz ha sacado un decreto inconstitucional donde prohíbe la protesta y quiere reprimir la participación y el reclamo de ciudadanía preventivamente. Se llevó el repudio de todas las asociaciones de prensa, de las organizaciones sindicales, indígenas, sociales, porque, lejos de dar respuesta con política, con decisiones políticas, pretende reprimir con un protocolo muy parecido al que Patricia Bullrich había planteado para reprimir la protesta social, que es un derecho constitucional, que se tiene que comprender de una buena vez que son derechos que nos amparan.

“Desesperanza, pobreza y malestar social” en Salta: se tambalea el gobierno de Gustavo Sáenz Verónica Caliva.

Acá en Argentina salen a la calle a protestar las mujeres, los libertarios, las organizaciones sociales, los ambientalistas, y estamos todas y todos y todes en todo derecho de salir a reclamar y a exigir y a visibilizar demandas de ciudadanía. Entonces no puede ser el fascismo, la represión, la respuesta ante problemas que son gravísimos y que se deben resolver, porque nos cuestan la vida, y hay que cuidar de la ciudadanía, no darle como respuesta la violencia del Estado.

–Usted ha mencionado que en momentos de crisis Sáenz “se victimiza” y no toma responsabilidad.

Se victimiza, empieza a buscar culpables, se pone eufórico, comienza a gritar. Yo dije que me parecía que había una situación muy grave que hay que abordar, que hay que cambiar, porque no se puede tener gobernantes que no ejercen el poder, que tienen ministerios sin funcionar, donde nuestras instituciones no funcionan. Yo estoy hablando de que funcionen el hospital, la escuela, las cuestiones elementales; un ministerio con sus secretarías, que tengamos el funcionario, la funcionaria, el servidor público que va resolviendo y va ejecutando los presupuestos del Estado y los va administrando en función del bien público, del bien común, que de eso se trata gobernar, ¿no es cierto? Tenemos un gobierno paralizado, que sólo se ocupa de algunos ejes, como por ejemplo, la cuestión de la minería. Están ahí enfrascados en los negocios que ellos entienden que es la salida, por ejemplo, la explotación del litio, pero con políticas extractivistas donde de esas riquezas que se llevan y se van a llevar, de acá a unos años va a haber un boom de todos los proyectos mineros que están en cartera y que se están desarrollando acá en la provincia, no nos va a quedar nada. O sea, no es que van a quedar puestos de trabajo, riqueza que se va a volcar al mercado interno, a la generación de puestos de empleo, a darle valor agregado a las cadenas de servicios y de producción y, como decimos nosotros, de poder pensarnos industrializando nuestros minerales, nuestros metales, nuestras materias primas del sector agropecuario. Tenemos una economía primarizada, que no despega, que no genera empleo, que no genera crecimiento, y con ese tipo de políticas económicas improductivas ‍estamos siempre condenados al atraso y a la pobreza.

Porque no hay otra manera de salir de la situación de pobreza que trabajando. Para los cientos de miles de salteños y salteñas desempleados, su única posibilidad de garantizarle a la familia las cuestiones básicas para sobrevivir es con trabajo. No vamos a tener 500.000 programas sociales de inclusión para media Salta. No corresponde. Tenemos que pensar que además tenemos derecho, sobre todo las mujeres y los jóvenes y las jóvenes, a poder acceder a un empleo bien remunerado, con todos nuestros derechos garantizados. Y esos son círculos virtuosos que vuelven después en el consumo del mercado interno. Y hay un potencial muy importante en Salta con el turismo, con la minería, con nuestra ruralidad, con todos los servicios en una zona de frontera tan importante como es la nuestra.

Pero no vemos, a lo largo de ya casi treinta años, que hayan modificado algo de toda esta situación que te describo. Al revés: se nos agravan los problemas, las empresas privatizadas no invirtieron nunca, el agua ya no circula por las cañerías y los grifos, en las casas no tenemos agua, jamás se llevó agua a las comunidades aisladas, a las comunidades indígenas, se han secado los pozos, las napas de lo que nos dejó la vieja empresa estatal que nos brindaba el servicio de agua. No se entiende que el agua es un derecho humano fundamental para la vida; se la entiende como un negocio, y un negocio corrompido donde vamos de mamarracho en mamarracho y de papelones por los hechos de corrupción que hay, fondos nacionales que llegan como el Fondo de Reparación Histórica, que ya es histórico que se lo han robado pero tampoco hay auditorías ni hay control ni de la Justicia ni de los organismos gubernamentales del propio Ejecutivo ni del Poder Legislativo controlando qué pasa con fondos públicos que acá desaparecen y no se ha hecho una sola obra. Porque no se hace ni una sola obra.

Entonces, esto es lo que hay que modificar, ¿no? Porque además de toda esta situación social que se va agravando, la corrupción ya es insoportable. Es una inmoralidad tanta corrupción, y eso trae aparejado el sufrimiento de las grandes mayorías de Salta. Y en los sectores más vulnerados, bueno, se paga con la vida de las infancias, con los femicidios de las mujeres. Encabezamos los peores índices. Me toca la responsabilidad de representar y de encabezar este proyecto político del FdT. Eso nos lleva a todos los compañeros y compañeras de los distintos espacios, que venimos luchando desde distintas esferas y que hemos confluido también en la participación política para poder disputar en cada proceso electoral también y para ofrecernos para la administración de gobierno y para ser servidores públicos que ordenen nuestra provincia, generando empleo como primera medida y garantizando derechos elementales.

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