¿Te cuesta dormir? Podés tener coronasomnio

La incertidumbre que genera la pandemia por covid-19 desde hace casi un año a toda la humanidad, es uno de los factores principales para esta nueva variante de una vieja enfermedad.

Argentina28 de enero de 2021 Redaccion GLP
La pandemia por coronavirus recrudeció por diversos motivos otras tantas afecciones de carácter físico y mental, entre ellas el insomnio. La preocupación ante un futuro incierto, la falta de comprobación en el tiempo de las diferentes vacunas lanzadas a nivel mundial, como única salida a esta crisis sanitaria, económica y social que azota al mundo, tiene a miles de millones en vilo.

En tales circunstancias es completamente normal que cueste conciliar el sueño, aunque también puede ser riesgoso. La falta de descanso en el contexto del covid-19 preocupa cada vez más y hasta tiene su propio nombre: coronasomnio o covid-somnio.

Falta poco para el primer aniversario de la pandemia del siglo 21, y los expertos evidenciaron una creciente cantidad de consultas diarias, debido a la imposibilidad de dormir. El estrés que genera la incertidumbre es el factor principal.

Según un estudio de la Universidad de Southampton, una de cada cuatro personas en el Reino Unido padece esta enfermedad, especialmente concentrada en madres y trabajadores esenciales.

En China las tasas de insomnio también aumentaron, específicamente del 14,6% al 20%; mientras que en Italia se observó un gran aumento del insomnio clínico. En Grecia, casi el 40% de las personas que se sometieron al estudio padecían esta nueva afección.
El estrés que genera la incertidumbre es el factor principal.

Además del estrés, las causas están relacionadas al encierro, especialmente en viviendas pequeñas o con poca ventilación. En el caso de que el problema persista, las consecuencias pueden tornarse graves, ocasionando trastornos alimenticios, de ansiedad, depresión e incluso enfermedades cardiovasculares.

Esta nueva variante de una vieja enfermedad, también afecta al rendimiento en el trabajo, aumentando la posibilidad de que se cometan errores; y lo mismo ocurre a la hora de conducir un vehículo, la falta de sueño pone en riesgo la vida del conductor y las personas que se crucen en su camino. También afecta al ánimo y aumenta los tiempos de reacción, por lo que puede llegar a ser bastante peligroso.

Finalmente, los académicos de Inglaterra que realizaron la investigación aconsejaron buscar ayuda externa para resolver esta problemática, es decir, someterse a una terapia cognitivo-conductual que mejore el sueño y que entrene al cerebro para asociar la cama con el sueño.
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