ENTREVISTA GLP: La ministra Rey dice que “a Axel lo obsesiona mostrar gestión”

En diálogo con Grupo La Provincia, la ministra de Comunicación Pública del Gobierno bonaerense, Jesica Rey, habló sobre el criterio para responder críticas, las redes sociales, y la medición del humor social en medio de la pandemia. “El pulso que da estar en la calle con la gente no te lo da ningún otro análisis mediático”, aseguró.

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¿Cómo decide qué críticas o cuestionamientos responder públicamente? ¿Cuándo le recomienda al gobernador hacerlo?

Nuestra estrategia de comunicación se basa en tener mucho diálogo. Ni el gobernador ni el equipo de comunicación cree en soluciones mágicas y netamente asociadas al marketing. Nosotros siempre consideramos que las situaciones se debaten y podemos elegir las mejores. Obviamente que nosotros, desde nuestro conocimiento profesional recomendamos, pero en general, siempre se conversan las decisiones que se toman.

Muchas veces nos debatimos entre nosotros hasta dónde responder o hasta dónde dar las peleas o los debates. Ya desde el año pasado durante la campaña, elegimos no caer en provocaciones. Entendemos que muchos planteos que se hacen, en general, son provocaciones, buscan mostrar un lado más virulento de nuestra parte asociado a la imagen de la profundización de la grieta y al supuesto poco apego a la democracia y al respeto de opiniones diferentes en el cual un cierto sector político se ha puesto a decir que este espacio que conformamos en el Frente de Todos o nosotros, que somos más abiertamente kirchneristas, no tenemos.

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El año pasado fue muy duro. En la gestión uno sabe que va a ser más criticado siempre. Para nosotros fue mucho más duro en la campaña electoral, cuando estábamos en una contienda electoral siendo oposición porque teníamos todo un aparato criticando.

Pero, por ejemplo, esta semana respondieron públicamente respecto a la polémica por cómo tomó el gobernador el significado del término “barones del conurbano”, ¿por qué eligieron hacerlo?

En este caso particular, decidimos que había que responder porque veíamos que hubo una sucesión de hechos a lo largo del año que habían empezado con el “haiga” del año pasado, como parte de la virulencia de la campaña, y este año cada vez que Axel hacía alguna de las conferencias con el presidente sacaban cosas de contexto para generar una crítica.

En general optábamos por no responderlas, porque entendíamos que estaban provocando, pero lo que vimos en este caso en particular fue que después de mucho tiempo volvieron a usar la misma excusa y es que invisibilizan los anuncios, la gestión, pero sólo aparece la actividad para generar una crítica totalmente descontextualizada. Entonces, si no te interesa mi gestión y lo que tenemos para comunicar, no descontextualices frases.

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Además, una clave que me pareció límite esta vez, es pretender hacer quedar como bruto, como alguien que no puede distinguir “varones” de “barones” -un género de un título nobiliario- a una persona con quien podemos discutir ideologías, pero de la que no podemos decir que siendo Doctor en Economía sea bruto o poco ilustrado o no tenga conocimiento. Ese intento burdo ameritaba una respuesta. Pero porque se dio una sucesión de hechos y un contexto muy especial.

Cuando fue lo de la Antártida, hace unos meses atrás, tenía la misma significación, invisibilizar lo que se estaba haciendo e intentar hacer quedar al gobernador como una persona sin capacidad o poco instruida. Genera bronca, pero dijimos “no vamos a caer en la provocación”.

Ahora, de nuevo con el mismo tema después de tanto tiempo, y recuperando lo de “haiga”, que no pudieron distinguir el significado de la frase que se estaba usando en ese momento, habla más del intento desesperado de algunos sectores de generar daño que de lo que realmente uno está haciendo o está pasado. Por eso este fue un punto de inflexión, un límite y se decidió responder. Pero tenemos como norma no caer en provocaciones y hablar con hechos, con gestión. Nuestra marca de calidad es la gestión.

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Usted trabaja hace diez años con Kicillof, ¿qué es lo que más le preocupa al gobernador en materia comunicacional?

La gestión. A Axel lo obsesiona mostrar gestión. Más allá de las disputas, de las ideologías, de lo que se pueda debatir en cuanto a modelo de provincia, nosotros vinimos a transformar la provincia de Buenos Aires y en eso estamos trabajando. Creemos que realmente sentamos las bases de una transformación del sistema de salud de la Provincia, entonces no podemos obviar eso.

La duplicación de camas de terapia intensiva que se hizo no se va a ir después de la pandemia. Eso ya queda para siempre. En estos meses se incorporaron más camas de las que tuvo en toda su historia la Provincia; eso no se va. La incorporación de profesionales al sistema de salud no se pierde, igual que la cantidad de insumos de todo tipo sumados.

Lo mismo con el arreglo de todas las escuelas: estamos llegando a las 1750 escuelas arregladas en estos diez meses. Eso es un cambio de prioridad muy fuerte, muy marcado. Cuando se piensa qué rutas se van a reparar o a hacer no se está pensando en la que “me pide mi amigo intendente de tal lado” o “la que me conviene porque me votaron más”, se está pensando en una estructura basada en necesidades productivas y de desarrollo que tiene la provincia.

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Teniendo en cuenta que la campaña con la que Kicillof llegó a la gobernación pasó a la historia como “el Clio le ganó al Big Data”, ¿qué grado de importancia les dan a las redes sociales?

Las redes nos permiten tener un pulso mucho más cercano a la gente. Intentamos usarlas como un medio de comunicación distinto, con nuevos parámetros y nuevas maneras de dialogar con la gente, que rompe con esa interlocución que enmarca cualquier medio. Las redes te permiten algún tipo de comunicación más directa.

También la red es muy permeable a circulación de noticias falsas, ataques masivos de trolls, boots, o distintos mecanismos que se están utilizando, entonces a veces crean ciertos microclimas por los que uno no debe dejarse llevar. “Está todo mal porque en las redes me matan” o “está todo bien porque en las redes me aman”. Tenés distorsión de la realidad.

¿Y cómo hacen para no perder cuál es “el pulso” de la calle?

La pandemia obligó a perder cierto contacto real, cierto estadío en a calle, que quitó el mano a mano que para nosotros fue fundamental en los años anteriores. El pulso que da estar en la calle con la gente no te lo da ningún otro análisis mediático. La gente es la que te marca el termómetro real.

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Ahora tenés esa distorsión de que no hay tanto mano a mano, pero uno trata de ponderar siempre de distintas maneras las realidades que s ele van presentando. En este marco, combinando las redes sociales, con los medios tradicionales, incluso con las encuestas, vas tratando de encontrar un equilibrio que se condiga también con el poco pero presente contacto diario que mantenemos con la población, más los referentes que tenemos en todos los municipios y que también nos devuelven una mirada bien cercana, del día a día.

Nosotros siempre tenemos como principal indicador el contacto mano a mano. Creo que eso hizo la diferencia en la campaña, era nuestro objetivo ser todos ministros y un gobernador de a pie, cercanos, sabiendo lo que pasa, que ninguno se encierre en una oficina y deje de estar escuchando lo que realmente está pasando en la calle y así vamos ponderando los distintos cúmulos de información que recibimos.