Día del Helado: ¿cómo celebrarlo?

Los argentinos somos amantes de esa forma que tenemos de celebrar muchas de las ocasiones nombrando un “día del”, desde el mate, pasando por el famosísimo asado y hasta el helado en este caso, siempre encontramos una forma de celebrar algo que nos gusta mucho y transformarlo en una ocasión para reunirnos, aunque sea en familia, a disfrutar de ese producto.

En este caso, el helado es uno de los favoritos de nuestro país, compañero infaltable de muchas de las reuniones gastronómicas, sea para acompañar unas empanadas que acabamos de comer, o bien luego de unos tacos como para darle un toque dulce a eso salado que acabamos de comer. Indistintamente de la ocasión, nadie puede negar la seductora versatilidad de las cremas heladas a la hora de convertirse en un increíble “salvador” si alguien nos visita, o bien si no tenemos fruta u otro postre que servir luego de una rica cena.

Claro que para celebrar este día, que tiene lugar el próximo 19 de julio, también podemos llevar adelante alguna de las tantas recetas que se consiguen hoy en día, que hacen de la tarea de hacer helado una interesante actividad que podemos llevar adelante en familia. Sin dudas, una muy buena forma de pasar un buen rato, y al mismo tiempo preparar algo muy delicioso.

Un postre con una gran cuota de historia

Vinculado al pasado de la mayoría de las personas como una de las primeras y deliciosas experiencias gastronómicas de nuestra niñez, hoy es también una muy buena forma de acompañar tanto esas tardes y noches de mucho calor, pero también gracias a la magia del delivery como el que realiza Vittore, es mucho más fácil conseguir lo también en invierno para disfrutarlo bien “acurrucados” en el sillón con nuestra pareja o con la familia, pero también por qué no solos, en esos días que queremos darnos un gusto.



Llegó al país de la mano de los italianos, conocido como “gelato” en aquel entonces, lo preparaban algunas pocas heladerías muy rudimentarias de Buenos Aires, pero poco tiempo después sería un furor que se extendería a la mayoría de los barrios de la Capital Federal, brindándole la popularidad que tiene en nuestros días.

Café Procope

Si vamos más atrás, encontraremos que los primeros intentos de prepararlo vinieron de mano de un italiano conocido como Procopio que inventó una máquina que convertía la mezcla de frutas, hielo y el azúcar en un intento muy rudimentario de helado que tuvo mucho éxito inicialmente. Rápidamente la idea comenzó a tomar “gusto” entre los gastronómicos de aquel entonces, perfeccionando el método de este genio, tomando todavía más forma con la apertura del Café Procope de París, donde además de café servían helado llevándolo a las esferas más altas de la gastronomía parisina.

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Durante décadas por no decir centenares, los italianos fueron celosos guardianes de la receta que permitía hacer el helado, casi como si se tratara de las fórmulas de preparaciones secretas que se conocen en la actualidad. Ya en el siglo XVIII las recetas de helados habían cobrado cierta popularidad y se encontraban en los libros de cocina, gracias a la ingeniería en reverso de algunos chefs de elite que pudieron descifrar el código secreto que los italianos tanto habían querido preservar.

Desde entonces y hasta la fecha se produjo una verdadera “revolución” del helado, a tal punto que existen países en la actualidad que consumen más de 100 kilos per cápita por año de las cremas artesanales, consolidando la popularidad mundial de este postre.