Independencia y destino nacional

Es una jornada que nos mueve a pensar en los sacrificios de nuestros héroes de la Independencia, en los sufrimientos de nuestra agitada historia nacional y en el milagro de nuestra existencia como comunidad fraternal que se siente portadora de un destino común frente a las naciones del mundo. Más de una vez, en nuestros doscientos años de historia, hemos enfrentado y superado crisis y desafíos que nos pusieron al borde de la disolución. La propia declaración de Independencia, en sintonía con la nueva estrategia de emancipación continental del General San Martín, fue parte de esos heroicos impulsos que nos sacaron adelante cuando todo parecía perdido. Debemos recordarlo y tenerlo siempre presente para no aflojar frente a los nuevos desafíos que nos impone la dura realidad del mundo en el que vivimos. Comenzamos el siglo actual teniendo que superar una de esas crisis que parecían terminales. Y lo hicimos, sacando energía e inteligencia de dónde parecía que no había nada. Igual que en 1816.

Hoy los desafíos parecen menores pero hay en el horizonte nubes de nuevas tormentas. Nuestra nación enfrenta el desafío de una renovación o una regeneración en las formas de la acción política y la gestión estatal. Vemos como gran parte de la dirigencia se ocupa de trivialidades y mezquindades como si la comunicación política y la construcción de una imagen pública para las próximas elecciones fuera más importante que gobernar o que, para la oposición, controlar y exigir al gobierno. El combate contra la corrupción parece derivar peligrosamente hacía un espectáculo en vez de generar la justicia que demanda la ciudadanía y las herramientas legislativas que ayuden a prevenirla en la actualidad. Corremos el peligro de que los ciudadanos caigan en el escepticismo, la indiferencia y la apatía por culpa del cinismo de dirigentes a los que sólo les importa como miden en la última encuesta. Esta faltando grandeza y la sana ambición del estadista.

Finalmente, todos los peronistas debemos recordar en cada 9 de julio que nosotros también festejamos la declaración de la Independencia Económica que realizó el Presidente Juan Domingo Perón el 9 de julio de 1947 y que decía: "declaramos solemnemente a la faz de la tierra la justicia en que fundan su decisión, los pueblos y gobiernos de las provincias y territorios argentinos, de romper los vínculos dominadores del capitalismo foráneo enclavado en el país y recuperar los derechos al gobierno propio de las fuentes económicas nacionales. La Nación alcanza su libertad económica para quedar, en consecuencia, de hecho y de derecho, con el amplio y pleno poder para darse las formas que exijan la justicia y la economía universal, en defensa de la solidaridad humana".

Gabriel Pampin, Sen Prov FR