Dos argentinos expondran en Japon su singular produccion de kimonos

Los artistas argentinos Sofia Bergallo y Alfonso Barbieri expondran en dos galerias de arte en Tokio una coleccion de 60 kimonos y diseños originales en papel que surgieron durante la pandemia, realizados con acuarelas y tinta china con la

D-Interés06 de octubre de 2023 Agencia Télam
Los artistas argentinos Sofía Bergallo y Alfonso Barbieri expondrán en dos galerías de arte en Tokio una colección de 60 kimonos y diseños originales en papel que surgieron durante la pandemia, realizados con acuarelas y tinta china con la metodología de cadáver exquisito, en el marco de los 125 años de las relaciones bilaterales con Japón.
La producción de la artista visual Bergallo y del músico Barbieri -surgida en la casa-taller-atelier que comparten en la localidad bonaerense de Munro- se exhibirá los días 27, 28 y 29 de octubre en la Design Festa Gallery, en el centro de Tokyo, y el 3, 4 y 5 de noviembre en la Okappa Chan House, ubicada en un barrio de los alrededores de la capital japonesa.
Durante el encierro que significó la pandemia, entre los dos desarrollaron un método creativo inspirado en el cadáver exquisito del surrealismo de comienzo del siglo XX: durante el día, Bergallo empezaba una obra con acuarelas y dejaba las piezas para que, durante la noche, Barbieri las interviniera dibujos en tinta china.
Sin condicionantes ni indicaciones de cómo debían continuar crearon 300 obras que circularon por las redes sociales y dieron origen a la casa-taller-atelier de Munro donde hoy continúan esa producción, estampada en lo que llaman "kimonos inclusivos", cada uno un diseño único, y sin género ni talle.
La colección que presentarán en Japón incluye piezas seleccionadas por otros artistas, como Cecilia Roth, Dolores Fonzi, Mercedes Morán, Litto Nebbia, Alika y Mónica Antonópulos.
Cada kimono contiene una narrativa: un comienzo, un desarrollo y un final, que igual puede quedar abierto y que condensa una musicalidad especial.
Una geisha juega al básquet con un panda, un volcán erupciona un arcoiris. Esqueletos, arañas, flores y seres extraterrestres surgen de ese proceso atravesado también por la idea punk del "do it yourself" (hacelo vos mismo). En esta colección conviven Oriente y Occidente y cada kimono funciona como un artefacto casi teatral o escenográfico, donde puede leerse el under argentino de los 80 y donde lo ancestral y tradicional se vuelve contemporáneo.
-Télam: ¿Por qué kimonos y no otra cosa, qué imaginario rescataron con ellos?
-Alfonso Barbieri: Siempre rondó la idea del kimono. Sofía tenía varios prototipos armados y alguna vez, años atrás, me dijo de hacer pruebas con mis collages estampados y quedó flotando la idea hasta el 2021. A los dos nos fascina el arte asiático.
Que una prenda lleve distintas cargas simbólicas (como lo lleva el kimono japonés) pero con nuestro imaginario pictórico surrealista sudamericano, más el kitsch, la cultura Pop y el humor, nos parece que sintonizan misteriosamente, como las pirámides que hay en Asia, América y en otros continentes. En definitiva nuestras obras no pierden su aura al transformarse en piezas para vestir, se resignifican popularmente. ¡Walter Benjamin se pondría un kimono nuestro riéndose del mundo de hoy!
-Sofía Bergallo: En 2018 estaba haciendo un taller de corte y confección, y todas las telas de distintos géneros que compraba, las terminaba convirtiendo en Kimonos. Tenía cierta obsesión con la prenda. En 2020, la pandemia nos agarra juntos. Las acuarelas y la tinta china se convirtieron en un refugio. A diferencia del kimono tradicional de Japón (que hay distintos tipos según edad, género, estado civil, festividades, épocas del año) nosotros decidimos producir un kimono sin género, atemporal y sin categorizaciones. Nuestros kimonos son punk, son glam, son populares y extraterrestres.
-T: ¿Cómo llegó la posibilidad de presentar su obra en Tokio?
-A.B: Hace como 10 años vengo hablando con Boojil, la dueña de la galería Okappachan de Tokio, de hacer expo en Japón. Con este proyecto del dúo, terminó de cerrar por todos lados. Ella se entusiasmó y nos conectó con las otras galerías. Es súper estimulante este viaje. Armar redes para seguir exponiendo en Oriente como en otros lados del planeta. En eso estamos.
-S.B: Boojil también pinta con acuarelas y realiza unas obras de una sensibilidad y belleza absoluta. También contactamos a La Embajada Argentina en Japón que con mucho entusiasmo nos brindó su auspicio. Tenemos algo muy claro, no somos una marca de ropa, somos un dúo explosivo creativo. Siempre estamos pensando qué más hacer. Nos divierte.
-T: ¿Dónde se pueden ver los kimonos?
-S.B: No tenemos local. Nuestro Instagram es instagram.com/sofiayalfonso. Ahí se encuentran con nuestro mundo. Nuestra música, nuestras obras, y la producción de kimonos. Atendemos nosotros mismos. Nos encanta lo que se genera cuando nos escriben. Lo que despierta la obra, para qué la quieren usar, a quién les recuerda, a quién se la quieren regalar.
-T: ¿Cómo dialoga esta colección de kimonos con la cultura más ancestral del Japón y cómo la pone en juego en relación a la contemporaneidad latinoamericana?
-A.B: La base es el respeto a una cultura ancestral maravillosa que no se dejó conquistar. En un mundo puesto en casilleros estancos de una superficialidad espeluznante, intercambiar ideas creativas viniendo de Latinoamérica, es un lugar de resistencia y como tal, un espacio político/artístico que nos interesa profundizar.
-S.B: Imaginamos japoneses en las calles súper transitadas de Shibusha con el kimono del Paisaje de Jujuy y ¡nos alucina! El impacto de culturas dialogando. (Télam)
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