El FMI ve menos crecimiento y más inflación para la Argentina
El FMI bajó la proyección de crecimiento y subió la inflación para el próximo año: otro desafío para el Gobierno en su pelea por estabilizar la economía.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a revisar sus proyecciones para la Argentina y encendió luces amarillas sobre el futuro inmediato de la economía. Según el último World Economic Outlook presentado este martes en Washington, el organismo recortó de 5,5% a 4,5% su estimación de crecimiento del PBI para 2025 y elevó la previsión de inflación a 28%, en un escenario de menor impulso del consumo y más tensiones fiscales.
La revisión llega en un momento sensible para el Gobierno de Javier Milei, que busca consolidar señales de estabilidad tras un año de fuerte ajuste. La lectura del FMI es clara: la recuperación será más lenta de lo previsto y la desinflación, menos pronunciada.
Un golpe al optimismo oficial
Hasta julio, el Fondo había sostenido una visión más optimista sobre el desempeño de la economía argentina, proyectando un crecimiento del 5,5% y una inflación contenida entre 18% y 23%. Sin embargo, el informe de octubre marca un giro: el PBI avanzaría solo 4,5% y los precios subirían 28%, acercándose a las proyecciones privadas del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que estiman un 29,8%.
El FMI también corrigió su estimación de crecimiento para 2026, del 4,5% al 4,0%, señalando que el rebote post sequía y la recuperación del consumo serán más débiles de lo anticipado.
En la Casa Rosada evitaron comentarios públicos, aunque en privado admiten que el informe llega “en un momento incómodo”, justo cuando el Gobierno busca mejorar su frente externo y negociar un nuevo desembolso con el organismo.
Inflación más alta y déficit en cuenta corriente
El informe del FMI advierte que la inflación sigue siendo “una de las principales vulnerabilidades” de la economía argentina. La suba de precios proyectada para 2025 (28%) supera en cinco puntos la estimación de mitad de año y refleja la persistencia de presiones sobre los precios internos.
En paralelo, el organismo prevé un desequilibrio en la cuenta corriente del 1,2% del PBI para el año próximo, que recién se reduciría a 0,4% en 2026. El Fondo atribuye el déficit a mayores importaciones de bienes de capital y a un tipo de cambio real más apreciado, en un contexto de apertura gradual del cepo.
Desempleo y tensiones sociales en el radar
El escenario laboral tampoco quedó al margen del ajuste. El FMI estima que la tasa de desempleo se ubicará en 7,5% en 2025, frente al 6,3% que había previsto en abril. Para 2026, el indicador bajaría a 6,6%, lo que implica una recuperación más lenta de la esperada.
El documento subraya que los ingresos reales siguen rezagados frente a la inflación y que el poder adquisitivo de los hogares dependerá de la velocidad con la que se logre estabilizar el nivel general de precios. Este punto preocupa al Gobierno, que enfrenta una caída sostenida del consumo interno y un clima de creciente conflictividad sindical.
Un contexto global menos favorable
La revisión del FMI no solo afecta a la Argentina. El organismo también redujo su proyección de crecimiento mundial al 3,2% para este año y 3,1% para 2026, en medio de un escenario de volatilidad política, tensiones comerciales y suba de tasas de interés.
En América Latina, el crecimiento promedio se mantendría en 2,4% en 2025, con una leve baja al 2,3% en 2026. La región sigue entre las de menor dinamismo dentro del mundo emergente.
Para los socios comerciales de la Argentina, las cifras también muestran una desaceleración: China crecería 4,8% este año y 4,2% en 2026, mientras que Brasil avanzaría 2,4% en 2025 y 1,9% en 2026.
El desafío de Milei: estabilizar y convencer
El recorte del FMI llega mientras el Gobierno busca cerrar un nuevo acuerdo de USD 20.000 millones con el organismo y al mismo tiempo contener la inflación sin frenar la actividad. En ese contexto, la revisión de proyecciones es leída en el Palacio de Hacienda como un llamado de atención.
“Es una advertencia sobre los límites del ajuste sin crecimiento”, señaló un economista cercano al oficialismo, que pidió reserva. En tanto, en el entorno libertario aseguran que “la baja del déficit y la apertura económica” terminarán mostrando resultados en 2026.
Pese al tono más cauto del FMI, el organismo mantiene una expectativa de crecimiento acumulado de 8,7% para el bienio 2025–2026, impulsado por la inversión en energía, infraestructura y minería. Pero advierte que la estabilidad macroeconómica “seguirá dependiendo de la credibilidad de las políticas y del control de la inflación”.
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