Bebidas para niños y adolescentes: nuevas recomendaciones alertan sobre el azúcar y la cafeína

Un grupo de organizaciones especializadas en salud y nutrición de los Estados Unidos lanzó nuevas recomendaciones para guiar a las familias sobre qué bebidas son las más adecuadas para los niños y adolescentes, tomando en cuenta su impacto en la salud tanto a corto como a largo plazo. Entre las principales preocupaciones están el consumo excesivo de azúcar, cafeína y edulcorantes artificiales, que pueden tener efectos negativos en el desarrollo infantil.

Las nuevas pautas, elaboradas por la Academia Estadounidense de Pediatría, la Academia de Nutrición y Dietética, la Academia Estadounidense de Odontología Pediátrica y la Asociación Estadounidense del Corazón, subrayan que la hidratación adecuada debe basarse principalmente en agua y leche sin azúcar añadida. Los expertos aseguran que el agua es la mejor fuente de hidratación para los niños, y advierten sobre los peligros de sustituirla por bebidas azucaradas o energéticas.

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Según el informe de Healthy Eating Research, una de las principales fuentes de líquidos debe ser el agua, con una ingesta recomendada que varía según la edad:

-Niños de 5 a 8 años: 1,2 litros de agua al día.
-Niños de 9 a 13 años: entre 1,6 y 1,8 litros de agua.
-Adolescentes de 14 a 18 años: entre 1,8 y 2,6 litros de agua.

Además del agua, la leche sin azúcar añadida es otra fuente recomendada debido a sus beneficios nutricionales, tales como proteínas, calcio, potasio y vitamina D. La ingesta diaria recomendada es de hasta 0,6 litros de leche para niños de 5 a 8 años, y hasta 0,7 litros para adolescentes de 9 a 18 años.

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Bebidas a evitar: el peligro de la cafeína y los edulcorantes

Una de las advertencias más relevantes es sobre las bebidas azucaradas, energéticas y aquellas que contienen edulcorantes artificiales. Los expertos afirman que estas bebidas son una de las principales fuentes de azúcar añadida en la dieta de los niños, lo que puede llevar al desarrollo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

Además, las bebidas energéticas y los cafés mezclados, que son populares entre los adolescentes, contienen grandes cantidades de azúcar y cafeína, lo que puede afectar el sistema nervioso y alterar los patrones de sueño. 

El debate sobre las leches vegetales

El informe también aborda el consumo de leches vegetales alternativas, recomendando que solo sean consideradas en casos específicos, como alergias a la proteína de la leche o necesidades dietéticas como el veganismo.

Las leches vegetales, a menudo enriquecidas con azúcares añadidos y otros aditivos, no son equivalentes desde el punto de vista nutricional a la leche de vaca y no deben sustituirla de forma generalizada en la dieta de los niños.

El desafío ahora es que tanto padres como responsables de la salud pública promuevan estos cambios en los hábitos de consumo, con el objetivo de reducir los riesgos asociados con las enfermedades metabólicas y otros problemas de salud a largo plazo.