Piden más controles por contaminación en aguas bonaerenses

El estado ambiental de los cursos de agua en la provincia de Buenos Aires vuelve a ocupar el centro del debate. En los últimos días, el Consejo Profesional de Química de la Provincia expresó su “profunda preocupación” por la contaminación registrada en ríos, arroyos y afluentes que desembocan en el Río de La Plata, y reclamó la intervención del Ministerio de Ambiente para fortalecer los controles y garantizar el cumplimiento de las normativas vigentes.

El organismo apuntó a la necesidad urgente de fiscalizar las actividades industriales, agropecuarias y el tratamiento de residuos cloacales, señalando que el incumplimiento de los protocolos ambientales está generando consecuencias graves tanto para el ecosistema como para la salud de la población. Según advirtieron, las irregularidades detectadas en diferentes puntos del territorio bonaerense “vulneran cotidianamente el derecho a un ambiente sano”.

Entre los ejemplos más alarmantes mencionados por el Consejo se encuentran los elevados niveles de metales pesados y productos fitosanitarios en el Río de La Plata, el episodio en el que el arroyo Sarandí “se tiñó de rojo”, la mancha de aguas servidas en el puerto de San Pedro y los desechos cloacales que se vierten sin tratamiento en Berisso por parte de la empresa ABSA.

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“Las afectaciones encuentran sus causales en una falta de control absoluta por parte del Ministerio de Ambiente y organismos vinculados”, indicaron desde la entidad profesional. El planteo también hace foco en el cumplimiento de la Ley 7020, que establece la matriculación obligatoria para quienes manipulan productos químicos y fija protocolos de seguridad e higiene.

En ese marco, el Consejo instó a que el gobierno provincial, a través del Ministerio de Ambiente, “aplique las políticas necesarias para que la actividad industrial y empresarial se desarrolle bajo la ineludible obligación del cumplimiento de la ley”.

Alerta en San Pedro: una mancha marrón tiñe el Paraná

Mientras crecen las advertencias, un nuevo episodio encendió las alarmas en la zona norte de la provincia. El fin de semana, vecinos y pescadores de San Pedro reportaron la aparición de una extensa mancha marrón sobre el cauce del río Paraná. La coloración, espesa y de gran extensión, fue registrada en imágenes y videos que se viralizaron rápidamente en redes sociales.

“En situaciones de creciente o movimientos intensos de sedimentos, es común que el río adopte tonalidades más oscuras”, explicó Fabián Maggi, especialista ambiental, aunque aclaró que la dimensión del fenómeno actual “amerita un seguimiento más detallado”.

Investigación en curso y análisis de muestras

Ante la inquietud social, la Prefectura Naval Argentina y equipos técnicos del Ministerio de Ambiente bonaerense iniciaron una serie de relevamientos para tomar muestras y analizar la composición de la mancha. El objetivo es determinar si se trata de un fenómeno natural vinculado a lluvias recientes o si hay presencia de sustancias contaminantes vertidas por actividad humana.

Si bien hasta el momento no se reportaron mortandades de peces ni otros signos evidentes de contaminación aguda, desde las autoridades recomiendan “evitar el contacto directo con el agua” en las zonas afectadas, como medida preventiva hasta que se conozcan los resultados de los estudios.

Llamado a reforzar la vigilancia ambiental

El episodio de San Pedro se suma a una serie de hechos recientes que reflejan las tensiones crecientes entre el desarrollo industrial, la expansión urbana y la necesidad de preservar los recursos naturales. Desde el Consejo de Química remarcaron que “es indispensable garantizar el control estatal sobre todas las actividades que puedan poner en riesgo el equilibrio ambiental”.

En ese sentido, los especialistas piden una mirada integral que contemple el impacto de los residuos industriales, agroquímicos, efluentes cloacales y el manejo inadecuado de desechos sólidos urbanos. También insisten en que la aplicación efectiva de las normativas es clave para evitar que los ríos y arroyos de la provincia se conviertan en focos permanentes de degradación ambiental.