Duro mensaje a Milei: “Del derrumbe no se vuelve sin obra”
Crisis en la construcción y obras frenadas: Gustavo Weiss advirtió que sin inversión “no hay futuro”. La presión al Gobierno crece y el sector pide acción ya.
Política01 de diciembre de 2025
Juan Manuel Villarreal
El sector de la construcción volvió a encender las alarmas en medio de un 2025 que todavía no muestra señales firmes de recuperación. Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), lanzó un fuerte mensaje al Gobierno de Javier Milei tras confirmar que la actividad perdió 120 mil puestos de trabajo en apenas un año. “Hay que pasar de la motosierra al bisturí”, advirtió, en un llamado directo a revisar el rumbo del ajuste.
Las declaraciones de Weiss reflejan el clima interno de una industria que, después del derrumbe de 2023 y 2024, todavía no encuentra un piso de estabilidad. La caída de la obra pública, la paralización de proyectos emblemáticos y la falta de financiamiento privado empujaron al sector a uno de los momentos más críticos de los últimos 20 años.
Un derrumbe que no se detiene: La caída de la actividad y el impacto laboral
El titular de Camarco detalló que la baja comenzó durante el último semestre de la gestión de Alberto Fernández y se profundizó durante los primeros meses del gobierno libertario. “Tuvimos una caída muy fuerte entre mediados de 2023 y mediados de 2024, una caída muy grande de 25%”, resumió Weiss.
Ese desplome –explicó– golpeó de lleno al empleo formal del sector. “Perdimos 120.000 puestos de trabajo directos entre junio de 2023 y 2024”, afirmó, un dato que representa prácticamente un tercio del total de trabajadores registrados en la actividad.
Para las empresas constructoras, el diagnóstico es claro: sin obra pública y sin renovación de proyectos inmobiliarios, el motor de la construcción quedó detenido. Y el rebote, hasta ahora, no aparece en el horizonte cercano.
La obra pública, en el centro de la disputa
La decisión del Gobierno de frenar obras nacionales –en el marco del ajuste fiscal– dejó a miles de proyectos sin continuidad y a las empresas con contratos congelados o directamente cancelados. En ese contexto, Weiss no ocultó su preocupación por la falta de definiciones.
“La paralización casi total de la obra pública y la ausencia de inversión en construcción de inmuebles explican la fuerte caída”, remarcó.
Camarco viene insistiendo en que, aun dentro de un marco de austeridad, debe existir una hoja de ruta mínima para evitar que el parate termine por deteriorar al sector de manera irreversible.
Weiss avala el rumbo, pero pide un giro técnico
A pesar de las críticas, el presidente de Camarco respaldó el objetivo general del Gobierno: “Estamos de acuerdo con el camino, creo que hay que hacer ajustes”, aclaró.

Pero inmediatamente marcó un límite: “Hay que pasar de la motosierra al bisturí”, señaló, marcando la necesidad de una estrategia más quirúrgica que permita rescatar sectores productivos estratégicos sin desordenar la macroeconomía.
En la práctica, esto significa recuperar infraestructura básica, reactivar proyectos troncales y generar incentivos para que el sector privado vuelva a apostar por el desarrollo inmobiliario.
La advertencia: sin inversión no hay crecimiento
Weiss fue categórico sobre el futuro del país: “No hay ninguna posibilidad que el país se desarrolle en serio sin una fuerte inversión privada y estatal en infraestructura y vivienda.”
La frase sintetiza la postura histórica de la industria: ningún plan económico –sea de shock, gradualismo o ajuste libertario– puede sostenerse sin un piso mínimo de inversión que permita dinamizar la actividad.
En ese marco, Camarco insiste en que la obra pública no solo genera empleo directo, sino que activa sectores asociados como el transporte, el acero, el cemento, la metalurgia y los servicios profesionales.
¿Qué espera el sector para 2025?
El propio Weiss reconoció que no se ve un repunte inmediato, aunque dejó abierta la posibilidad de un rebote moderado si la economía muestra señales claras de estabilización. “No veo que haya repunte significativo. Siempre puede haber algún movimiento, pero nada que cambie el panorama actual”, sostuvo.
Para las empresas constructoras, la agenda urgente incluye:
- Descongelamiento gradual de obras paralizadas.
- Línea de financiamiento para desarrollos privados.
- Revisión de contratos detenidos desde 2023.
- Incentivos fiscales para empujar nuevas inversiones.
- Definiciones sobre el plan de infraestructura 2025–2026.
Mientras tanto, el sector atraviesa un momento en el que la palabra “recuperación” parece, todavía, demasiado lejana.

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