¿Aumenta la carne este mes?: los factores que podrían hacer que tenga incrementos

El precio de la carne, que ha sido un problema constante para los gobiernos por su impacto en la inflación, ha brindado algo de alivio este año al Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mide el Indec. Aunque tras la devaluación de diciembre pasado se esperaban incrementos exorbitantes, con precios estimados en $25.000 por kilo de asado, la realidad ha sido diferente. Hoy, en términos reales, la carne es un 15% más barata que hace diez meses. Sin embargo, esta caída no ha logrado evitar que el consumo se desplome a niveles históricos.

A pesar de esta tendencia, la situación podría cambiar a partir de este mes en dos frentes: el precio y el consumo de carne. De acuerdo con un estudio reciente del economista Franco Artuso, la carne ha ejercido una baja presión sobre los precios al consumidor en lo que va de 2024. Según Artuso, la caída real en el precio de la carne "ha contribuido al retroceso de la inflación" este año. Además, explicó que la carne, que representa entre el 5 y 6% de las canastas de consumo monitoreadas por los organismos estadísticos, pasó de aportar 2,2 puntos a la inflación en diciembre de 2023, a solo 0,11 puntos en 2024.

La producción en baja genera presión sobre los precios

No obstante, dos factores podrían alterar esta tendencia en los próximos meses. Por un lado, la oferta de carne ha sufrido una caída significativa en lo que va del año. La producción de carne se redujo casi un 9% interanual durante los primeros siete meses de 2024, y el ganado que abastece al mercado interno ha experimentado un aumento de precios, con subas reales del 7 al 8% en vaquillonas y novillitos en el mercado de Cañuelas. Este descenso en la producción significa que este año cerrará con niveles inferiores al récord del año pasado.

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Además, la hacienda en pie, que representa el principal costo en la producción de carne, tiende a aumentar de precio en los últimos trimestres del año. También existe la posibilidad de que la carne destinada a la exportación experimente un alza debido a la reducción de aranceles sobre productos cárnicos, lo que podría repercutir en los precios internos.

El repunte de la demanda también podría elevar los precios

Por otro lado, desde la demanda, se espera que la actividad económica comience a recuperarse hacia finales de 2024, lo que podría llevar a las familias a retornar a sus hábitos de consumo habituales, aumentando la demanda de carne vacuna. Durante los primeros meses del año, los hogares sustituyeron el consumo de carne vacuna por opciones más económicas, como el pollo o el cerdo, cuyos precios aumentaron más que los de la carne vacuna, pero se mantuvieron por debajo de esta última. Si el consumo de carne vacuna repunta, el factor bajista que generó esta sustitución podría desaparecer, ejerciendo mayor presión sobre los precios.

En resumen, aunque el precio de la carne ha bajado en términos reales, sigue siendo un 6% más caro que el promedio registrado entre enero y julio del año pasado. Esto ha provocado que el consumo se reduzca un 20% interanual, alcanzando mínimos históricos. Sin embargo, con la producción en descenso y un posible repunte en la demanda, se configura un escenario de suba de precios en los próximos meses.