El rebote industrial no alcanza: la producción aún está por debajo del año pasado

El sector industrial mostró señales de recuperación en mayo, registrando su mejor desempeño en lo que va de 2025. Sin embargo, la actividad aún se encuentra por debajo del nivel de finales del año pasado y bastante alejada de los valores del mismo mes de 2023.

Este martes, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer que el Índice de Producción Industrial (IPI) avanzó un 2,2% en relación a abril. Con este resultado, la serie desestacionalizada alcanzó su cifra más alta desde diciembre de 2024.

Qué sectores explicaron el crecimiento

Según el análisis de la consultora LCG, “un 43% de la expansión general la explicó la industria química, que aumentó un 6,9% mensual”. A ese repunte se sumaron la industria automotriz, con un alza del 11,8%, y el sector de la madera, con una suba del 6%. Con estos valores, los tres sectores mencionados ya recuperaron los niveles de noviembre de 2023, aunque aún están lejos de alcanzar sus máximos históricos.

En términos interanuales, el IPI mostró un crecimiento del 5,8%. Esto permitió que en el acumulado de los primeros cinco meses de 2025, la producción manufacturera haya sido 6,6% mayor que en el mismo período de 2024.

Desde el Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC) destacaron que “mayo confirmó la tendencia positiva de la actividad industrial, con mejoras tanto en la comparación mensual como interanual que consolida un buen primer semestre para el sector manufacturero”.

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Comparación con años anteriores y efecto estadístico

Más allá de las cifras positivas, los analistas subrayan que el repunte actual se apoya en una baja base de comparación. Los primeros meses del gobierno de Javier Milei estuvieron marcados por una fuerte recesión, que alcanzó su punto más bajo en abril de 2024.

En ese sentido, si se compara con mayo de 2023, la producción industrial de este año fue casi un 9% menor. El economista Daniel Schteingart, director de Planificación Productiva de Fundar, explicó que “la producción está abajo de 2023 pese a que el consumo está por arriba, debido a la apertura comercial. Las importaciones crecieron más rápido que el mercado interno. Si bien la apertura permite contener precios, lo hace a costa de la producción, el empleo y las divisas”.

Advertencias sobre el impacto de la apertura comercial

Desde distintos sectores advierten sobre los riesgos de una apertura comercial sin planificación. Juan Manuel Balestro, secretario de Vinculación Institucional de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), expresó su preocupación: “Cuando los productos importados compiten de manera desigual con los bienes nacionales, se erosiona la capacidad del aparato productivo local para crecer, invertir y generar empleo de calidad. No existe posibilidad real y sostenible de desarrollo económico sin un proceso sólido y sostenido de industrialización”.

En la misma línea, un reciente informe de Fundar alertó que “más de 430.000 personas pueden quedarse sin empleo en industrias como la textil-indumentaria, calzado, madera y electrónica por culpa de esta apertura comercial sin ningún tipo de estrategia”.

Como alternativa, desde Fundar plantearon que para que una política de apertura sea compatible con el desarrollo sostenible, debe ir acompañada por una reforma fiscal, un tipo de cambio menos apreciado, políticas industriales que fomenten la innovación y las exportaciones, y una red de protección para los trabajadores de sectores vulnerables frente a la competencia externa.

Proyecciones para el resto del año

De cara a los próximos meses, las proyecciones no son del todo alentadoras. Según LCG, se espera “un crecimiento débil y errático” para el sector industrial, condicionado por factores como “el tipo de cambio bajo, la mayor apertura externa y una demanda interna con poca fuerza”.

En ese marco, la industria manufacturera enfrenta el desafío de sostener la recuperación sin resignar producción, empleo y desarrollo ante la competencia de productos importados.