“El consumo sigue deprimido”: la advertencia de los almaceneros bonaerenses

La situación económica en los comercios de cercanía sigue siendo crítica. Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires, trazó un panorama alarmante: “El consumo sigue deprimido”, afirmó, tras advertir que marzo fue “tremendo” en aumentos y que la primera semana de abril también sintió el impacto.

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Aunque no hubo subas recientes al inicio de la semana, los incrementos acumulados por los “grandes monopolios o oligopolios” ya habrían sido anticipados y ejecutados, afectando de lleno el bolsillo de los consumidores. “Todo aumento en un bolsillo tan sensible es la última gota que derrama el vaso”, resumió Savore.

La gente compra menos y elige marcas pyme

En diálogo con sus clientes, Savore recogió un dato revelador: luego de pagar gastos esenciales como alquiler, tarifas y transporte, apenas un 40% de los ingresos queda disponible para el resto del mes. Este escenario lleva a un cambio de hábitos notorio: la migración hacia marcas más económicas.

“El pan lactal de primera marca cuesta $5.000, pero el de una pyme está a $2.200”, graficó el dirigente. Esta tendencia se replica en productos como fideos, galletitas y mermeladas, donde las marcas pyme ganan terreno frente a las tradicionales. “Se nota que la gente ya no está dispuesta a pagar lo que valen algunas primeras marcas”, aseguró.

Pascuas sin movimiento y subas rechazadas

José Mario Candiota, también referente de la Federación de Almaceneros, coincidió en el diagnóstico: “Estamos en Pascuas y no se movió nada”, alertó, aludiendo a una de las fechas comerciales más importantes del año. “La recesión es terrible, la venta está caída hace rato”. Según Candiota, las últimas listas de precios con aumentos del 12% fueron directamente rechazadas por el sector. “Los porcentajes no tienen nada que ver con la inflación. Hasta ahora hablábamos de 4% o 5%, pero esto ya es desproporcionado”, explicó.

La compra mensual desapareció

El panorama es desolador. Candiota advirtió que “la gente está en una situación terrible, no tiene más dinero. Ni hablar de los jubilados, que fue un asesinato lo que se ha hecho”. Ante la imposibilidad de mantener el consumo habitual, los compradores optan por lo esencial y en pequeños volúmenes.

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“Hoy van más a los comercios de barrio que a los supermercados, compran lo puntual. Esa compra mensual ya no se hace más”, sostuvo. Y remató con una verdad que atraviesa la crisis: “El último que tiene la palabra es el consumidor. Él decide qué comprar y qué no”.