Kogan vuelve a presidir una Corte bonaerense incompleta

Desde este sábado, Hilda Kogan asumió nuevamente como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires. La jueza, que ya encabezó el máximo tribunal en tres períodos anteriores (2010-2011, 2017-2018 y 2022-2023), reemplazó a Sergio Torres en el marco del sistema de rotación anual previsto por la Constitución bonaerense.

Kogan fue la primera mujer en integrar la Suprema Corte bonaerense, en 2002, y es hasta hoy la única en haber presidido el tribunal. Abogada egresada de la UBA, con estudios de posgrado en Estados Unidos, ingresó al Poder Judicial como jueza laboral y luego federal previsional, antes de ser promovida al máximo tribunal por impulso de Felipe Solá.

Pero su llegada a la presidencia en este 2025 se da en un contexto institucional inédito: la Suprema Corte funciona con apenas tres de sus siete miembros. Las vacantes, generadas por las muertes de Héctor Negri (2020) y Eduardo De Lázzari (2021), la jubilación de Eduardo Pettigiani y la renuncia de Luis Genoud, siguen sin cubrirse por falta de acuerdos políticos.

El estancamiento político que paraliza la Corte

La ley establece que los jueces de la Corte deben ser propuestos por el Poder Ejecutivo bonaerense y aprobados por mayoría absoluta del Senado. Sin embargo, la falta de consensos entre el oficialismo y la oposición mantiene bloqueado el proceso de designaciones.

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Actualmente, el tribunal se sostiene con Kogan, Torres y Daniel Soria, mientras que para emitir fallos muchas veces recurre al auxilio de la presidenta del Tribunal de Casación Penal, Florencia Budiño. Es una solución de emergencia que evidencia la parálisis institucional de uno de los poderes clave del Estado provincial.

Este escenario preocupa a referentes judiciales y políticos, pero no parece haber voluntad concreta para destrabar la situación. Ni el gobernador Axel Kicillof ni los bloques legislativos han logrado avanzar con los pliegos necesarios, pese a los reiterados reclamos del Poder Judicial.

Kogan y su respaldo al desdoblamiento electoral

Más allá del complejo panorama institucional, Hilda Kogan volvió al centro de la escena recientemente por sus declaraciones durante las Jornadas Latinoamericanas de Justicia Electoral y Democracia, realizadas en La Plata. Allí, expresó su apoyo a la decisión del gobernador Kicillof de desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales.

Kogan justificó su postura en las demoras y dificultades que se registraron en los comicios con boleta única, especialmente para adultos mayores, personas con discapacidad y mujeres con hijos a cargo. “El derecho electoral debe ser claro e inclusivo”, sostuvo, y señaló que la justicia tiene la obligación de garantizar el respeto por la voluntad colectiva.

El respaldo explícito de la presidenta de la Corte a una medida central del oficialismo bonaerense no pasó desapercibido en ámbitos políticos y judiciales. Para algunos, confirma una sintonía ideológica con el gobernador y un posicionamiento que podría influir en decisiones clave del tribunal.

El espejo de la Corte nacional y el reclamo por más mujeres

El debate por la integración de la Corte bonaerense también reactualiza una vieja deuda del sistema judicial argentino: la escasa participación de mujeres en los máximos niveles del poder. En la historia reciente, solo tres mujeres llegaron a la Corte Suprema nacional —Argibay, Highton de Nolasco y, en dictadura, Margarita Argúas—, y apenas una lo hizo en el tribunal bonaerense: la propia Kogan.

Durante su carrera, Kogan fue una firme promotora de la paridad de género en la Justicia y presidió la Asociación Nacional de Mujeres Juezas. Sin embargo, más de dos décadas después de su llegada al tribunal, ninguna otra mujer volvió a ser designada para integrar la Corte provincial.

En este nuevo período como presidenta, Kogan deberá no solo liderar un tribunal incompleto, sino también enfrentar las tensiones internas y externas que impiden su normal funcionamiento. Mientras tanto, el Poder Judicial bonaerense sigue esperando decisiones que, por ahora, el poder político no toma.