La gestión radical es cuestionada por la inseguridad en aumento, el deterioro urbano y los servicios en crisis. En un clima de creciente descontento, los números en las urnas le dieron la espalda, reflejando el agotamiento de un modelo que ya no logra conectar con las demandas de los tandilenses.
Videos - Entrevistas30 de octubre de 2025
Mariana PortillaLas elecciones legislativas dejaron en evidencia un nuevo signo de desgaste en la gestión de Miguel Lunghi en Tandil. El gobierno radical, que ya había sufrido un revés en los comicios locales de septiembre frente a Fuerza Patria, volvió a quedar relegado en los nacionales, esta vez ante La Libertad Avanza. El distrito, históricamente dominado por el lunghismo, evidencia un creciente cansancio ciudadano frente a un liderazgo que no logra renovarse ni responder a las demandas de los vecinos.
La ciudad, además, enfrenta problemas que golpean día a día a la población: recolección de residuos irregular, deficiencias graves en el sistema de salud, aumento de la inseguridad y deterioro de calles y espacios públicos. La percepción de los tandilenses es clara: un gobierno distante de sus necesidades más básicas y una gestión que acumula años sin soluciones concretas, mientras la dispersión del voto y la pérdida de apoyo reflejan la debilidad de un proyecto agotado.
En esta oportunidad, GRUPOLAPROVINCIA.COM habló con Gonzalo Santamarina, referente de La Libertad Avanza, quien destacó que el apoyo vecinal no es un “cheque en blanco”, y remarcó la necesidad de un gobierno municipal capaz de escuchar y hacerse cargo de los problemas de seguridad, salud, tránsito y mantenimiento urbano.
-¿A qué atribuye la diferencia tan marcada en los resultados del último domingo y, también, el buen desempeño que tuvo La Libertad Avanza en septiembre a nivel local? ¿Cuál es su lectura política de estos resultados?
Desde Acción Tandilense y La Libertad Avanza venimos trabajando muy fuerte desde 2021, cuando obtuvimos casi el 9% de los votos con lista corta. Luego, en 2023, alcanzamos el 23% de los votos, lo que nos posicionó en un lugar mucho más competitivo. En esta elección logramos aumentar ese porcentaje al 35% de los votos en Tandil y fuimos la única fuerza política que creció entre ambos comicios, sumando alrededor de seis mil votos.
Yo lo atribuyo a dos cuestiones bastante claras. Primero, la gente no quiere volver al pasado; los tandilenses tienen muy presente que no desean regresar a gestiones anteriores. Segundo, se trata de una confirmación del rumbo que lleva adelante el gobierno de Javier Milei. Por supuesto, no es un cheque en blanco; lo que hay es un acompañamiento, especialmente tras el 7 de septiembre, cuando se evidenció mayor apertura al diálogo, valoración de la institucionalidad y un compromiso para acompañar de manera más concreta a los sectores afectados por los ajustes necesarios.
-¿De qué manera cree usted que estos resultados pueden influir en la gestión municipal, considerando que en septiembre el gobierno local quedó relegado en las elecciones?
Yo creo que Tandil quiere un cambio más alineado con lo que está proponiendo el presidente Javier Milei, pero al mismo tiempo con la expectativa de que la fuerza política que gobierne la ciudad esté muy cerca del vecino: escuchándolo, acompañándolo, diciéndole la verdad y gestionando sus problemas. Esto es justamente lo que dejó de hacer el gobierno de Lunghi.
Miguel Lunghi, intendente de Tandil.
Durante toda la campaña, y como me lo decía el vecino, se percibe que el gobierno local perdió fuerza, energía, capacidad de respuesta y de escucha. El resultado de estos cuatro elementos fue que se alejó del vecino, y eso el electorado lo manifestó el 7 de septiembre. Hoy el vecino pide un espacio político que lo escuche y que se haga cargo de sus problemas.
-Desde su mirada, ¿cómo se encuentra hoy Tandil?
Hoy los problemas centrales en nuestra ciudad son el crecimiento significativo de la inseguridad; la pérdida del control del espacio público en manos de bandas de motos; los ruidos molestos y el descontrol del tránsito; y también el aumento de las tasas, que genera la sensación de que el ciudadano no recibe la contraprestación adecuada por lo que paga.
Además, se suma la situación del servicio de salud, que ha perdido calidad, y el estado de las calles, que ha empeorado por el mal mantenimiento de los últimos años. Estos problemas, junto con el deterioro del espacio público y la seguridad, están hoy en el centro de la agenda de los tandilenses.
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