La interna peronista se muda a la Legislatura bonaerense

Kicillof busca mantener el control de la Cámara de Diputados, mientras La Cámpora impulsa a Mayra Mendoza y el massismo juega su propia partida con Alexis Guerrera. La definición de las autoridades, el Presupuesto 2026 y los cargos judiciales tensan la cuerda de una unidad cada vez más frágil.

Legislativas03 de noviembre de 2025Mariana PortillaMariana Portilla
Diputados PBA
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La derrota electoral del peronismo en octubre todavía sacude los cimientos del oficialismo bonaerense. Con las heridas abiertas, el kicillofismo, La Cámpora y el massismo ya se mueven en silencio para disputar la conducción de la Legislatura, un espacio clave para sostener o condicionar la gestión provincial.

En el centro del tablero aparece Axel Kicillof, que busca conservar poder político propio tras un resultado que debilitó su autoridad dentro del espacio. Desde La Plata, el gobernador impulsa a Mariano Cascallares, intendente de Almirante Brown y diputado bonaerense electo, como candidato para presidir la Cámara de Diputados. Su objetivo: garantizar un bloque ordenado que permita aprobar el Presupuesto 2026, la Ley Impositiva y el endeudamiento provincial, pilares de la nueva etapa de gestión.

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Mientras tanto, La Cámpora ya hizo saber que no piensa resignar terreno. En el entorno de Cristina Kirchner, la elegida es Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes y diputada electa, que cuenta con el aval directo del kirchnerismo duro. Su eventual desembarco al frente de la Cámara sería un golpe de efecto político: mostrar que el espacio aún conserva capacidad de fuego y que Kicillof no puede avanzar sin negociar con el núcleo cristinista.

En el tercer vértice del triángulo de poder, el massismo apuesta a sostener la presidencia con Alexis Guerrera, actual titular de la Cámara. El Frente Renovador logró retener diez bancas y contar con figuras de peso en la nueva Legislatura, como Malena Galmarini en el Senado y Rubén Eslaiman en Diputados.

El sector de Sergio Massa se muestra cauto, pero con una estrategia clara: mantener influencia en la estructura legislativa y convertirse en árbitro de las disputas internas. En los pasillos de la Legislatura, algunos ya aseguran que “la palabra final puede ser de Massa”, consciente de que su rol será determinante para equilibrar la balanza entre Kicillof y La Cámpora.

Kicillof MassaAxel Kicillof y Sergio Massa.

 
Presupuesto 2026 y cargos judiciales: la moneda de cambio

Más allá de los nombres, el verdadero campo de batalla está en las negociaciones por las leyes de Presupuesto, Fiscal e Impositiva 2026, que Kicillof planea enviar a la Legislatura en los próximos días. Allí se juega mucho más que la discusión técnica sobre números: los distintos sectores peronistas buscan usar esa herramienta como moneda de cambio para definir el reparto de poder.

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Además, se suma otro punto de fricción: la cobertura de vacantes en la Suprema Corte bonaerense y en otros organismos de peso, como el Banco Provincia y el Consejo General de Cultura y Educación. Cada designación puede alterar el equilibrio interno y abrir nuevas tensiones con la oposición.

Con la mirada puesta en diciembre, cuando se definan las nuevas autoridades, la interna peronista se trasladó por completo a los pasillos de la Legislatura. En ese escenario, Kicillof necesita sostener mayorías para gobernar, pero enfrenta un dilema: negociar con sus socios internos o arriesgarse a quedar acorralado por ellos. Mientras tanto, Cristina Kirchner mueve sus fichas desde el Senado, y Massa aguarda el momento justo para intervenir. 

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