Choque frontal entre sindicatos bonaerenses y Milei

La disputa entre los gremios del sector Comercio y el Gobierno nacional escaló en las últimas horas a un punto crítico. A pesar de haber firmado un acuerdo paritario con las cámaras empresariales —ratificado y con cláusulas claras de actualización trimestral— el Ejecutivo se niega a homologarlo, argumentando que los porcentajes pactados superan la pauta inflacionaria que pretende imponer. La decisión, que implica la suspensión efectiva del aumento salarial para más de dos millones de trabajadores, generó un estado de alerta y movilización en toda la provincia de Buenos Aires.

“El gobierno no puede mandarnos de vuelta a discutir porque ya llegamos a un acuerdo y ese acuerdo paritario está ratificado por las cámaras que los representan. Señores empresarios, por favor, a pagar el aumento y listo”, lanzó Julio Rubén Ledesma, secretario general del Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio y Afines (SEOCA) de La Matanza, y diputado MC, en un mensaje que circula como parte de una campaña gremial que se expande regionalmente.

Un acuerdo vigente, una negativa política

En Mar del Plata, otro de los focos de conflicto, el secretario general Guillermo Bianchi fue tajante: “Le guste o no al gobierno, el acuerdo está vigente”. En diálogo con las bases, Bianchi recordó que el acuerdo firmado en 2024 tiene una validez de dos años, con revisiones trimestrales y aumentos anticipados previstos para evitar maniobras dilatorias. “Lo que hace el Gobierno es inédito pero tiene explicación: el equilibrio fiscal que tanto promocionan genera un serio desequilibrio social”, apuntó.

Desde su análisis, el plan económico responde a las exigencias del Fondo Monetario Internacional, centradas en tres reformas estructurales: previsional, tributaria y laboral. “Deprimir el salario es funcional a eso”, advirtió Bianchi.

Diputada impulsa cambios en la Ley Impositiva por subas “desmedidas”

El malestar crece en el conurbano

En la regional Lomas de Zamora, Esteban Echeverría y Ezeiza, el secretario general Rubén Crosta denunció una maniobra más grave: “No sólo se niegan a homologar el acuerdo, también aprietan a los empresarios para que no lo paguen”.

Crosta reunió a más de 60 delegados de las principales cadenas comerciales para explicar el escenario y coordinar acciones. “El lunes arrancamos una campaña, comercio por comercio, para que paguen el acuerdo que está vigente. Si no lo hacen, el problema lo van a tener ellos”, adelantó como parte de un plan de lucha más amplio. Y añadió: “La FAECYS fue muy clara: los empresarios firmaron libremente, ahora no pueden ceder a las presiones del gobierno”.

La recesión golpea y los despidos no frenan

El conflicto se da en un contexto de fuerte deterioro salarial. El sueldo actual, que ronda los $934.000, subiría a $1.123.000 con los aumentos pactados. “Una cifra al límite de la subsistencia”, aseguran dirigentes gremiales.

Pero el problema no es sólo salarial. La brutal caída del consumo, consecuencia directa de la recesión provocada por el plan económico del presidente Javier Milei, llevó a las grandes cadenas a reducir personal. Primero fue con retiros voluntarios, pero al no alcanzar los objetivos, comenzaron los despidos. Carrefour, Vital y el mayorista Caromar ya aplicaron cesantías en distintas sucursales del conurbano.

El caso más resonante fue el de Medamax, una empresa familiar que cerró sus puertas en medio de una pelea judicial. Tras pactar indemnizaciones en cuotas, lleva ya cuatro meses sin pagar. Los trabajadores reactivaron la vía legal para exigir lo que les corresponde.

La interna sindical y el factor Cavalieri

La Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS), que agrupa a más de dos millones de afiliados, es liderada por Armando Cavalieri desde 1985. Su figura, polémica y longeva, se mantuvo al frente incluso en medio de acusaciones de fraude electoral y cuestionamientos internos. Sin embargo, hoy incluso sus detractores se alinean en defensa del acuerdo salarial.

“Durante el macrismo firmaban paritarias a la baja para marcar tendencia, ahora están todos unidos. Milei lo hizo”, ironiza un dirigente bonaerense. Otros atribuyen el súbito giro combativo del “Gitano” Cavalieri a razones más terrenales, pero el hecho es que la FAECYS y sus 300 gremios —más de un tercio con actividad en territorio bonaerense— están hoy en una posición de confrontación directa con el gobierno.

Un conflicto que puede escalar

Las próximas semanas serán clave. Las asambleas regionales están en marcha y no se descarta un paro general del sector si el Gobierno no da marcha atrás. “Nos mienten descaradamente”, dijo Crosta, aludiendo a las promesas oficiales sobre el fin de la inflación. “¿Cómo puede ser culpa de los trabajadores?”, se preguntó indignado.

Con el poder adquisitivo en caída libre, el empleo en riesgo y un gobierno que busca imponer una nueva lógica de relaciones laborales sin diálogo ni consenso, los gremios bonaerenses ya dejaron claro que no están dispuestos a retroceder.