La F1 se reinventa: así será el sistema que busca igualdad entre fabricantes de motores

En poco más de cinco meses, los nuevos autos de la Fórmula 1 harán su debut en los ensayos oficiales previstos para fines de enero de 2026 en el Circuito de Montmeló, Barcelona. Será la primera vez que se ponga en pista un reglamento técnico diseñado para buscar una paridad que hoy parece inalcanzable.

Atrás quedó la era en la que la competencia ofrecía múltiples ganadores en una misma temporada, como en 1982, cuando once pilotos de siete escuderías diferentes se llevaron victorias en 16 Grandes Premios. Con el paso de los años, la tecnología y la carrera por la velocidad llevaron a la F1 a un profesionalismo extremo, con menos equipos y mayor desigualdad.

El antecedente que quieren evitar

FIA y FOM buscan impedir que se repita lo ocurrido en 2014, año de la llegada de la tecnología híbrida. Mercedes dominó de forma contundente hasta 2020, acumulando títulos y dejando sin opciones al resto. En 2021, aunque el equipo alemán retuvo el campeonato de constructores, Lewis Hamilton perdió el título de pilotos ante Max Verstappen.

Para 2026, el nuevo reglamento prevé autos y neumáticos más pequeños, menos aditamentos aerodinámicos y la utilización de combustibles sintéticos. También habrá cambios en la recarga de energía de las unidades de potencia.

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Cuatro fabricantes de motores y un cambio clave

La próxima temporada contará con Mercedes, Ferrari, Honda y Audi como proveedores. Audi ingresará como equipo propio reemplazando a Renault, cuyo motor en Alpine ha sido el de peor rendimiento y que tantos problemas le causó a Franco Colapinto. A partir de 2026, Alpine usará motores Mercedes.

La FIA diseñó un sistema de concesiones para evitar que un único fabricante domine. El reglamento técnico contempla medidas que permitirán mantener la igualdad incluso si surgen diferencias en el arranque del nuevo ciclo.

La mayor transformación en 50 años

Los cambios incluyen la eliminación del MGU-H, un componente clave en la recuperación de energía. Según Nikolas Tombazis, responsable de monoplazas de la FIA, esto simplificará la tecnología, reducirá costos y facilitará la llegada de nuevos fabricantes.

Aun así, la FIA reconoce que podría haber ventajas iniciales para algún motor. Para afrontarlo, se introduce el concepto de Oportunidades de Desarrollo y Mejora Adicionales (ADUO). Después de las primeras cinco o seis carreras, se evaluará el rendimiento medio de cada fabricante. Si el motor de combustión interna de un fabricante es más de un 3% menos potente que el mejor, recibirá beneficios extra.

Concesiones para los rezagados

Estas ventajas, detalladas en el Apéndice 3 del reglamento técnico, incluyen:

Mayor presupuesto para desarrollo.

Más horas de pruebas en banco.

Posibilidad de volver a homologar el motor.

El objetivo es que ningún fabricante quede condenado a una desventaja permanente.

Tombazis aclaró que este sistema no es un Balance of Performance (BOP) como en el WEC. “No damos a nadie más potencia, más combustible o lo que sea”, afirmó.

Salvaguardas contra averías y límites de gasto

El nuevo reglamento incluye medidas para que las averías no condicionen el desarrollo. Si un equipo supera un número determinado de motores rotos, estos contarán menos dentro del límite presupuestario, evitando así que se sacrifiquen mejoras por problemas de fiabilidad.

La combinación de un motor más simple, el fin del MGU-H, el sistema ADUO y las protecciones presupuestarias busca evitar un dominio absoluto como el de Mercedes en 2014 y sostener la igualdad técnica como base de la Fórmula 1 de la próxima década.